FM Chalet dialogó con  Alejandra Valverde investigadora del Concejo Nacional de Investigaciones científicas y técnicas de la Universidad de Lujan sobre los 10 años de un juicio emblemático hacia un docente acosador que fue expulsado de la universidad. Hoy a la luz de una ley de violencia de género plena y de organismos de contención y denuncia,  es oportuno mirar hacia atrás y ver todo el camino recorrido para que este tipo de delitos sean desnaturalizados ,logrando el acompañamiento a las víctimas de violencia de género en todos ámbitos.

Un poco de historia sobre la expulsión de José Luís Torella

El máximo organismo de la casa de altos estudios decidió avalar en todos sus términos la resolución del Tribunal Académico y dispuso la desvinculación del docente. José Luís Torella estaba acusado por “abuso de poder, acoso sexual, persecución, amenazas y violencia económica, siendo estas expresiones consideradas como violencia de género”.

Luego de dos años de proceso, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Luján decidió por unanimidad expulsar al Prof. José Luis Torella, quien ya no podrá cumplir ninguna función en la casa de altos estudios. Torella, que se desempeñaba como titular de la materia “Manejo del Sistema Agropecuario” de la carrera de Ingeniería Agroquímica, ya había sido suspendido “con expresa prohibición de ingreso a las instalaciones de la universidad y exceptuando las oficinas de la Dirección de Asistencia Social y Medicina Integral”. Además, el órgano colegiado había dispuesto el inicio de un juicio académico al profesional involucrado, ordenado a la Dirección de Asuntos Legales, que actuó como Secretaría Ejecutiva del Tribunal.


¿Nos podes contar que pasaba un 1 de septiembre del 2012, hace ya 10 años atrás?

“Bueno toda la historia comienza un poco antes donde una compañera estudiante denuncia acoso, abuso de poder, violencia económica a un docente que ya la venía persiguiendo cortando su beca y su pasantía , la perseguía hasta su casa esperando alguna devolución sexual por esas cuestiones porque él era su director por ese entonces. Hace la denuncia que en realidad la realizan en los ámbitos estudiantiles porque en aquel tiempo no existían los protocolos de actuación como los que existen hoy que tienen que ver con la violencia de género. No existía la ley de violencia de género a nivel nacional”.

“Luego nos fuimos organizando para realizar la denuncia penal y también hacia el interior de la Universidad Nacional de Luján y como hacer frente a este tipo de situaciones en que estudiantes denunciaban a docentes acosadores pero esas denuncias nunca seguían su curso y todo quedaba en la nada”.

“Se consiguió mediante la justicia una medida perimetral de 200 metros para que el docente no se acerque a la compañera estudiante, luego que no se acerque a la universidad pero esta persona incumplía esa perimetral cada vez que podía, hasta lo encontramos con binoculares en la puerta de la Universidad mirando para adentro. Lamentablemente aquí en la universidad tenía un grupo de personas que lo apañaban”.

“Luego se empezó a discutir el tema de la violencia de género dentro de las universidades pensemos que era otro el contexto muy distinto al de ahora pues hace 12 años atrás la violencia de género solo era tratada por algunas organizaciones”.

“La Universidad de Luján decidió realizar una intervención administrativa que se llama juicio académico donde se empezaron a juntar las pruebas en acompañamiento de un abogado hasta que después de varias idas y vueltas puesto que muchos docentes no querían acompañar ese juicio académico, el Sindicato de Docentes de la Universidad acompañó y presentó en el Concejo Superior el pedido de juicio académico por esta cuestión”.

“El juicio fue muy largo, dos años y se tuvo que custodiar la identidad de la compañera víctima de abuso  y sufrió la re victimización. Se juntaron las pruebas tanto en la justicia penal como en la Universidad y finalmente se decidió suspenderlo de su cargo y después la expulsión de la UNLU, esto pasó hace 10 años en el 2012 fue la resolución que tomó el Concejo Superior de la universidad”.

¿Después de este hecho, se incrementaron las denuncias en otras universidades?

“Yo tengo entendido que si, nosotros tenemos un protocolo de intervención desde ya hace varios años , se han incrementado las denuncias pero que ocurre la mayoría de las veces no llegan a este punto de un juicio académico porque como media la intervención de la justicia penal porque sabemos que dentro de la justicia siempre fallan a favor del abusador o del violento y también por cuestiones técnicas las causas quedan incompletas e inconclusas. Es por ello la importancia en el  juicio académico es la organización y el acompañamiento porque si solo va por las vías administrativas nunca llegan a los puntos donde deberían llegar”.

¿En los Concejos Superiores de las Universidades están representados con equidad, docentes, no docentes y estudiantes?

“No porque la representación de los estudiantes es mínima pero más allá de eso, están representados todos los claustros no en proporción. Es por ello la importancia del apoyo del Sindicato docente, porque en aquel tiempo esto se instaló solo por el estudiantado, pues no es una simple sanción , es un juicio académico que puede culminar en un expulsión y en este caso fue así”.

“Hoy por hoy con los protocolos de intervención sobre violencia de género se evita toda ese camino de exposición política del violento”.

“En muchos casos las victimas desisten de denunciar e incluso no solo por denunciar a un docente violento acosador sino también de denunciar a sus propios compañeros estudiantes por ser algo tan engorroso y expositivo por que sufre nuevas revictimizaciones, la compañera tiene que ir a una comisaria o a la justicia a pedir que se le dé una perimetral y si no se tiene el apoyo de una Secretaría o Dirección es un poco más difícil. En este caso de juicio académico no se contó con el apoyo de una Secretaría pero si contó con el movimiento estudiantil organizado”.

“La justicia solo dictaminó una medida cautelar que fue la perimetral para que el docente no se pudiera acercar, la perimetral fue otorgada que fue incumplida porque hasta se lo encontró en la puerta de su casa, el perfil del violento se ve en todos los ámbitos. Nosotros lo que hacemos a  10 años es una revisión y de autocrítica del proceso que fue ejemplificador”.

“Esto no tiene mucho correlato pues a los dos años de haber sido expulsado de la Universidad estuvo trabajando como profesor en el nivel medio”.

Escucha la entrevista completa:

 

 

 

 

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