El nuevo Papa es Robert Francis Prevost, un norteamericano con alma latinoamericana, profundamente vinculado al Perú y formado en la espiritualidad de San Agustín. La comunidad agustiniana en Santa Fe celebró con emoción su elección.

El mediodía de ayer quedó marcado por un acontecimiento histórico para la Iglesia Católica: el humo blanco en el Vaticano y las campanas de San Pedro anunciaban al mundo la elección de un nuevo Papa. El cardenal Robert Francis Prevost fue proclamado como León XIV, convirtiéndose en el segundo pontífice consecutivo originario del continente americano.

Pero hay un detalle que conmueve especialmente a América Latina: el nuevo Papa, aunque nacido en Estados Unidos, es también ciudadano peruano. Su largo servicio episcopal en la ciudad de Chiclayo, en el norte del Perú, ha dejado una huella imborrable tanto en la Iglesia local como en la identidad pastoral de este nuevo líder espiritual.

Un Papa agustino

Prevost es miembro de la Orden de San Agustín, una de las ramas que integran la familia agustiniana, caracterizada por su profundo amor a la vida comunitaria, la búsqueda interior y el compromiso con la paz y la unidad de la Iglesia. Esta dimensión espiritual ha emocionado particularmente a las comunidades agustinianas del mundo, entre ellas la de Santa Fe.

El papa León XIV

El papa León XIV

Desde la Iglesia San José de los Agustinos Recoletos, el fray Luis González expresó su alegría y la de toda la comunidad:

“Fue una emoción enorme saber que el nuevo Papa pertenece a nuestra familia espiritual. Su discurso desde el balcón nos llenó de esperanza. Sentimos que será un pastor que entenderá profundamente las necesidades del mundo actual”.

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Una historia de misión y cercanía

León XIV vivió y sirvió muchos años en el Perú, donde desarrolló gran parte de su vocación como misionero y luego como obispo. Esa experiencia marcó su vida y quedó reflejada en sus primeras palabras como Papa, cuando habló en español, recordó con afecto a su diócesis en Chiclayo y reivindicó el rol del Papa Francisco como puente hacia una Iglesia más cercana y abierta.

“El hecho de que hablara en español y mencionara su amor por Sudamérica habla de una profunda conexión con nuestra gente y nuestra forma de vivir la fe”, destacó fray González en diálogo con Fabián Acosta en el programa “Mañana UNO” por UNO 106.3 FM.

Un Papa que ya conoce Argentina

Durante su tiempo como responsable global de los agustinos, Prevost visitó Argentina en 2004 y 2013, y no se descarta que pueda regresar como pontífice, algo que no se concretó con Francisco. “Todos deseamos tener al Papa cerca. Si decide venir, lo recibiremos con mucha alegría”, dijo el párroco santafesino.

Consultado sobre el carisma agustino, fray Luis explicó que ser agustino “es buscar a Dios en comunidad, desde la interioridad y el amor fraterno”. San Agustín, obispo de Hipona y doctor de la Iglesia, vivió en tiempos difíciles y divididos, algo que el nuevo Papa parece comprender con profundidad: “Su mensaje de comunión, diálogo y paz es fundamental en este momento del mundo y de la Iglesia”.

El símbolo de los zapatos negros, las lecturas realizadas por mujeres y su insistencia en el valor de la paz, fueron algunos de los gestos que marcaron su primera aparición pública como León XIV.

Oración y esperanza

En Santa Fe, los agustinos compartieron una Eucaristía en su honor y rezaron por su ministerio. También se unieron las comunidades educativas vinculadas a la orden. “Es una misión inmensa. Lo más importante que podemos hacer ahora es acompañarlo con nuestra oración”, concluyó fray Luis.

León XIV inicia su pontificado con una impronta pastoral profundamente humana, con raíces en el continente americano y una visión de Iglesia abierta, dialogante y fraterna. Su elección renueva la esperanza en un tiempo donde la paz y la unidad son más urgentes que nunca.

Fuente: UNO Santa Fe

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