Los delincuentes aprovecharon la ausencia de su propietaria y se “instalaron” a vivir en el inmueble, donde antes de irse robaron todo.
Por Danilo Chiapello
En poco menos de un año, Florencia (19), una joven formoseña que llegó a esta ciudad para estudiar la carrera de Medicina, supo que los delincuentes santafesinos no tienen límites para la maldad.Tal como ocurre con la mayoría de los estudiantes que provienen de otras regiones, al llegar los últimos días del 2108, la joven viajó hacia su provincia con la intención de pasar las fiestas junto a los suyos.
Así fue que dejó el departamento que alquila junto a su novio en San Martín al 3500, esto es, entre bulevar y Cándido Pujato, en el corazón de la llamada Recoleta Santafesina,pero algo salió mal.
Hasta los cubiertos
“Nos fuimos el 17 de diciembre, apagamos y cerramos todo. Pero cuando volvimos en enero encontramos el desastre. Nos habían robado todo. Encima después me enteré que algunos vecinos vieron luz en mi casa el 26 y otros días, pero pensaron que éramos nosotros. Pero nosotros no estábamos. Es decir que los ladrones estuvieron esa semana de la Navidad viviendo acá”, narró Flor.
“Me robaron todos los electrodomésticos que tenía… ni el ventilador me dejaron. Lo único que me dejaron fue la heladera y una impresora. Después robaron el horno, la licuadora, plancha, ropa, todo. Hasta los cubiertos se llevaron”, agregó.
Pasados unos días del siniestro la joven se permitió una reflexión: “Quienes hacen estas cosas son unos desalmados. Lo que más me duele es el esfuerzo que hizo mi madre para comprarme esos electrodomésticos. Hay que hacer mucho sacrificio para estudiar fuera de tu provincia. Estos tipos no tienen corazón”, sentenció.
“No nos dan bolilla”
Otra joven que no la pasó nada bien es Eliana, quien también vive en ese mismo complejo de departamentos y es vecina de Flor.
* “Yo el 30 de diciembre me fui a mi pueblo a pasar el Año Nuevo y volví el 5. Ahí me encontré con mi casa ‘patas para arriba’. Me llevaron de todo, televisor, computadora, ropas, equipos de música, ropa que tenía para vender. Me desvalijaron el departamento”, dijo.
“Después de la Navidad estos tipos se instalaron una semana en lo de mi vecina. Yo fui una de las que ví luz, pero pensé que era Flor la que estaba. Después me enteré que se había ido. A partir del 26, los ladrones vivieron todos los días”, explicó.
En otra parte la joven detalló algunas de las irregularidades que se ven en el barrio y que nadie se encarga de solucionarlas.
“Acá el gran drama es que vivimos al lado de una casilla de ferrocarril donde se ven situaciones críticas.
Además hay un gran árbol, frondoso, que da contra los departamentos, el que obstruye la luz y nadie lo viene a podar. Hace un año que hacemos reclamos para que lo vengan a cortar, para que nos pongan luz, y nadie nos da bolilla en la Municipalidad ni en la Policía”, cerró.
Fuente: Diario El Litoral
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