A la luz del acuero político entre el Mercosur y la Unión Europea, la Red Observar integrada por la Fundación Soberanía Sanitaria, Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior ( OCIPEX), CEPA (Centro de Economía Política Argentina) y la Fundación GEP (Grupo Efecto Positivo), entre otros elaboró un informe sobre el alcance de este acuerdo.

Los gobiernos como los de Macri o Bolsonaro aprovechan la falta de visibilidad de sus acciones en el frente externo para comprometer a todos los instrumentos con que dispone el Estado para hacer valer sus intereses soberanos e impulsar un proceso de desarrollo nacional inclusivo.

Más que un convenio comercial, este Acuerdo tiene fuertes características políticas y estructurales, como dejó transparecer en marzo de 2016 el Secretario de Comercio Miguel Braun indicando que el Acuerdo contribuiría a que el “populismo no retorne a América Latina”.

En el marco de la negociación la UE no reconoce en ningún tramo el concepto de asimetría entre las partes, y avanza en consecuencia. Pese a que quintuplica en PBI al Mercosur, registra casi 10 veces más patentes al año, y más que duplicó sus exportaciones a la región en los últimos diez años, ha obtenido hasta el momento un sinnúmero de concesiones en materia de desgravación de bienes, reglas de origen, compras públicas, servicios y establecimiento y propiedad intelectual, entre otras.

El Acuerdo apunta a consolidar una especialización productiva en donde nuestro país se limitará a funcionar como un proveedor internacional de materias primas, sin posibilidad alguna de diversificar sus exportaciones. Mientras tanto, la UE busca facilitar el acceso a sus productos industriales, ampliando su participación en el suministro de productos y servicios intensivos en capital y tecnología.

Se trata, en definitiva, de un acuerdo capaz de debilitar profundamente y hasta desintegrar el tejido industrial del
Mercosur, anulando cualquier posibilidad de avanzar en la diversificación de nuestras matrices productivas y consolidando la dependencia de nuestros pueblos.

A continuación, presentamos una reconstrucción del contenido de los capítulos realizada a partir de diversas filtraciones dadas a conocer por ONG´s y organizaciones sindicales latinoamericanas y europeas.

Una combinación de entrega de soberanía y apagón informativo

El cambio de signo político que se produjo en las dos principales economías del Mercosur dio lugar a una nueva etapa en el proceso negociador. Bajo discursos que manifestaban la “demora proposital de los gobiernos populistas” para sellar el acuerdo, la necesaria “reinserción en el mundo” y que la retirada de Venezuela del bloque tuvo un “efecto dinamizador”, se trata de obviar el verdadero objetivo de estos gobiernos en su política exterior: anclar con compromisos internacionales las reformas estructurales que se pretenden implementar en la región.

Justamente, parte de la opacidad existente en torno al proceso negociador entre el Mercosur y la Unión Europea es atribuible a un equívoco fundamental: que las negociaciones en marcha serían sobre todo de tipo comercial. Lejos de ser así, la mayor parte de los temas en discusión son de carácter estructural y comprometen ámbitos críticos para el desarrollo nacional.

El Acuerdo que se negocia actualmente tiene dos “pilares”: el político (y de cooperación) y el comercial. La redacción de los capítulos correspondientes al primer pilar está prácticamente acordada (fue firmado hoy), quedando por resolver el capítulo comercial en el que se negocian la ampliación del acceso a los respectivos mercados de bienes,servicios, compras públicas y los temas de propiedad intelectual y defensa de la competencia.

Accedé al informe completo : Red Observar Informe – Mercosur – Unión Europea, un ALCA silencioso – Junio 2019

 

 

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