Arrojaron un proyectil que hizo estallar uno de los vidrios del vehículo. Otra vez, al borde de una tragedia.

Las agresiones a automóviles y colectivos son moneda corriente en la entrada o salida de Santa Fe por la autopista. La mayoría de estos ataques ni siquiera son con intención de robo, sino por un simple ejercicio de la violencia.

Las denuncias y las quejas se acumulan por este tipo de acciones delictivas pero la solución no aparece. No alcanza la presencia de la camioneta estacionada a la altura del semáforo a 50 metros de Perón e Iturraspe, ni tampoco el destacamento de la policía vial.

La larga lista de atentados de estas características tuvo un nuevo capítulo el sábado pasado, cuando el vidrio del acompañante de un auto Gold Trend estalló tras recibir el impacto de un proyectil lanzado desde el costado de la autopista, en una zona donde abundan pastizales y un zanjón.

De acuerdo al relato del conductor, ingresó a la autopista cerca de las 15.20 junto a su hijo de 2 años, quien iba sentado en una silla en el asiento trasero. Metros después de pasar el nuevo complejo habitacional de barrio Barranquitas, fue sorprendido por una fuerte estampida en el vidrio del acompañante.

“Paso seguido por esa zona y conocía de los peligros pero uno cree que nunca le va a pasar. Escuché el estruendo y los vidrios saltaron para todos lados. En ese momento, solo atiné a darme vuelta para ver cómo estaba mi hijo que lloraba asustado. Pensé que era un intento de robo por eso no frené y continué por la autopista hasta que pedí ayuda”, contó el hombre.

Tanto el padre como su hijo no sufrieron heridas por el ataque pero el susto fue grande. Ya más tranquilo, el santafesino de 42 años detalló que encontró dentro del auto el proyectil (un pequeño frasco redondo) y que cuando hizo la denuncia pertinente, los oficiales admitieron la reiteración de este tipos de hechos en la zona. “Hacemos lo que podemos…”, dijeron casi resignados.

En resumen, en el egreso e ingreso a la ciudad por la autopista nada cambió respecto a la seguridad. Por ahora, los atentados a vehículos solo dejan vidrios rotos y temor. Urge una rápida y definitiva intervención para evitar que la próxima vez ese proyectil cause un daño mucho mayor y resulte irreparable.

Con información de UNO Santa Fe

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