Pese a que a bocha no está rodando de manera oficial, los clubes reanudaron su trabajo. En Alma Juniors, muchísimas niñas comienzan a forjar su propio destino con la ilusión de llegar algún día a Primera. Con Agustina “Achu” Blazicevic al frente, las más pequeñas “lobitas” iniciaron los entrenamientos.

El proyecto de hockey que lidera Adrián Kieffer contempla, desde el primer momento, un espacio permanente para el desarrollo de las chicas y su proyección a Primera. La meta pasa por producir valores propios desde infantiles para edificar y sentar bases sólidas a la estructura consistente que ya dispone. Con ciertas limitaciones al principio, pusieron manos a la obra. “Los trabajos que hicimos con las demás profes y ayudantes fueron en base a lo que nos iban habilitando. Lo que tuvimos que cambiar apenas iniciamos la vuelta, fue dividir el grupo en varios subgrupos. Ahí tuvimos que salir en búsqueda de más profes y ayudantes”, comentó Blazicevic.

La máxima referente de la puesta a punto de las infantiles destacó lo positivo en lo que va del regreso de las más pequeñas. “Lo bueno que noté es que fue enriquecedor para el trabajo de técnica individual. Mediante pocas niñas y varias profes, mejores correcciones. Eso es lo único que pude ver positivo del principio con tanto protocolo y nada de contacto”.

Desde la institución se busca que los chicos se formen sin perder la alegría. “Lo que priorizamos en el inicio de la actividad es que las lobitas disfruten, se diviertan, sociabilicen y aprendan este deporte que tiene el beneficio de ser al aire libre” señaló “Achu”.

A pesar de las complicaciones que genera la pandemia, Blazicevic sostiene que el club sigue adelante. “Nuestros objetivos es que las chicas aprendan el deporte disfrutando, incorporando valores que le suman en el día a día, que puedan formar vínculos con sus compañeros/as y que lo mantengan a lo largo del tiempo”.

La profesora hizo alusión a la importancia que tiene el juego. “Sería beneficioso para todo el hockey que vuelva el contacto. Respecto a las infantiles, lo que más extrañan es el juego, porque aprenden jugando y sobre todo del juego de contacto”.

Por último, Agustina analizó el gran crecimiento que hubo en el establecimiento. “El hockey en Esperanza se fue desarrollado progresivamente como disciplina dentro del club. Si comparamos con años anteriores crecimos muchísimo en cantidad de niñas. Se hizo un paso gigantesco cuando pudimos tener la cancha sintética. Ahí empezamos a crecer en cantidad y calidad de jugadoras en todas las categorías”, cerró la entrenadora.

FUENTE: PRENSA ASH                                   Esperanza Día por Día

 

Comenta sobre esta publicación