Si se comparan los dos semestres de Unión en el 2018, la realidad marca que en los números prácticamente no existen diferencias. Sin embargo, en el primero terminó festejando la clasificación a la Sudamericana con un triunfo por 1-0 ante Independiente. Y en el segundo con una derrota en el 15 de Abril frente a Banfield por 1-0 y acumulando una racha de cinco partidos sin ganar.

En la primera mitad del año por la Superliga Unión jugó 15 partidos en los que obtuvo cinco triunfos, seis empates y cuatro derrotas. Cosechó 21 puntos sobre 45 en juego con una eficacia del 46,6%.

Por su parte, en esta segunda mitad, el Tate disputó 14 encuentros en los que cosechó cinco victorias, cuatro empates y cinco caídas. Sumó 19 unidades sobre 42 en juego con un 45,2%.

Por lo cual, desde los números es una campaña prácticamente igual pero con un sabor muy distinto. Y los motivos se pueden encontrar en que Unión si bien mantuvo la base no la logró potenciar.

Se fue un jugador clave como Lucas Gamba, socio ideal para Franco Soldano y nunca pudieron reemplazarlo. Llegaron 10 refuerzos, pero ninguno estuvo a la altura de las circunstancias ni resultó solución.

Encima, aquellos futbolistas que brillaron en el primer semestre, bajaron notablemente su rendimiento. El caso más paradigmático es el de Soldano quien en la temporada pasada terminó siendo el goleador con 11 tantos y en este semestre disputó 14 encuentros y apenas convirtió dos. Y hace nueve cotejos que no logra festejar.

¿Habrá sido el último partido de Franco Soldano en Unión?La defensa perdió solidez, al punto tal que en las últimas cinco fechas recibió 10 goles, cuando en las primeras nueve apenas le habían marcado cuatro goles. Allí también se explica el declive del equipo.

Franco Fragapane y Diego Zabala no fueron decisivos como en la Superliga pasada, aunque el uruguayo terminó siendo el goleador del equipo con tres tantos y Nelson Acevedo no se pareció en nada al volante clave que resultó en la campaña anterior.

Se resintió en defensa y en ataque no tuvo soluciones, ya que ni Franco Troyansky, ni Federico Andrada pudieron disimular la ida de Gamba. Así las cosas, Unión se fue desdibujando y terminó dejando una mala imagen que hace un mes nadie hubiera imaginado.

Hasta el propio Leonardo Madelón quien siempre aportó soluciones comenzó a equivocarse en el armado del equipo, pero también en los cambios que hizo y por allí en los que no terminó realizando.

El DT entró en la confusión y es lógico cuando los resultados no se dan y dentro de la cancha no aparecen las respuestas. Fue un combo y por eso lo mejor que le pudo pasar al plantel es que se termine el año.

Está claro que a este equipo le falta recambio sobre todo de mitad de cancha hacia adelante y es allí en donde deberán trabajar los dirigentes para reforzar el plantel y darle un salto de calidad teniendo en cuenta que por primera vez en su historia jugará la Copa Sudamericana.

Fuente: Diario Uno Santa Fe

 

 

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