Fue luego de una reunión que mantuvieron los trabajadores de esa ciudad y los de la capital provincial con autoridades del Ministerio de Seguridad. La convocatoria fue tras una concentración que realizaron para pedir mayor seguridad y un contacto más directo con el 911. Aseguran que el 95 % de los coches santotomesinos están en condiciones para tener esa tecnología preventiva.

Por Luís Amsler

El viernes 1 de febrero, remiseros autoconvocados de Santo Tomé y Santa Fe fueron recibidos por autoridades del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe, con el objetivo de abordar la ola de inseguridad que golpea a los trabajadores de estas dos ciudades y diagramar medidas paliativas. La convocatoria tuvo lugar en la sede de la referida cartera (9 de julio y 1 Junta de la capital provincial), lugar donde el día anterior, con bocinazos y corte de calles, unos 70 vehículos que brindan este servicio de transporte particular se concentraron para hacerse escuchar y ser atendidos.

 

En el caso de los trabajadores santotomesinos, se acordó trabajar en la posibilidad de incorporar el botón de pánico en esa localidad, una medida que ya funciona desde hace tiempo en Santa Fe y que ahora se aplicaría en el vecino distrito.

 

“Quedamos en que se evaluará la posibilidad de trabajar más cerca del 911 a través de esta tecnología”, aseguró a los medios presentes Matías Mascheroni, remisero de Santo Tomé. De acuerdo a lo explicado, ahora se deberá coordinar con la intendencia la factibilidad de implementar esta innovación para que de ser posible, las empresas locales sumen este dispositivo. “Sabemos que el 95 por ciento de los vehículos que trabajan como remises en la ciudad, están adecuados para tener botón de pánico en conexión directa con la Policía”, afirmó Mascheroni, por lo que el arribo de este sistema sería una incorporación posible desde el aspecto técnico.

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Nueva reunión

 

El pedido generalizado de los taxistas y remiseros de ambas ciudades se focalizó en que la central del 911 esté conectada de manera directa a los móviles, de manera tal de contar con un vínculo más efectivo con las fuerzas del orden. Además de esto, se requirieron mayores controles sobre el puente Carretero, en ambos extremos, principalmente en horas de la noche. A su vez, se solicitó mayor cantidad de puntos calientes donde se chequeen los coches que pasen con o sin pasajeros. Una vez que se implementen todas estas propuestas, se acordó que con el tiempo se evalúe la eficiencia de estos controles. De no quedar satisfechos, se iría modificando su distribución. “Queremos que no haya más inseguridad, queremos salir a trabajar tranquilos; queremos tener la certeza de regresar a nuestros hogares”, manifestaron los trabajadores.

 

Ahora solo resta esperar y corroborar que efectivamente estas medidas funcionan para paliar el mal momento que viven quienes brindan esta prestación. “La idea es combatir la inseguridad y tratar de sobrevivir, porque no la estamos pasando bien”, señaló otro de los trabajadores. Como conclusión, se acordó que en unos 20 días se volverán a reunir las partes para hacer un balance de las acciones adoptadas y ver si se deben hacer ajustes o modificaciones.

Fuente: El Litoral

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