“Si mi hijo robó tendría que haber ido preso, pero lo mataron y de eso no se vuelve”, dijeron los familiares de Diego Quiroga García, quien murió el pasado jueves en una vereda del barrio Fisherton, en Rosario.

Mónica y Alberto expresaron su postura sobre su hijo Diego, uno de los dos asaltantes arrollados por Diego Pablo C. el pasado jueves en una vereda del barrio de Fisherton cuando al mando de una camioneta Chvrolet S-10, y tras ser víctima de un robo, los persiguió seis cuadras y los arrolló. Las víctimas de ese atropello fatal fueron Diego Nicolás Quiroga García, de 25 años, y Luciano Escudero, de 29.

Alberto, recordó que su hijo “hacía dos años había salido de prisión y desde entonces trabajaba conmigo como fletero, me ayudaba con el camión con el que hago mudanzas y fletes. Por eso no se merecía este final, aplastado en una vereda como un perro. Yo sé lo que es ir a ver a un hijo a la cárcel. Levantarte a la mañana, viajar, soportar las requisas y verlo encerrado después de que con mi esposa luchamos toda la vida para que no llegara a eso. El tuvo errores, fue un delincuente, pero lo pagó en la prisión. Ahora que se encargue la Justicia de lo que hizo este otro pibe y su familia tendrá que sufrir lo mismo que sufrimos nosotros, aunque con una gran diferencia, ellos seguirán viéndolo cada vez que puedan y yo voy a tener que ir al cementerio sin poder verle la cara a Diego porque está enterrado”.

Ambos padres afirmaron que están “amenazados” por allegados al conductor de la camioneta que mató a su hijo. Coinciden y sostienen: “Por las redes nos dicen cosas terribles, incluso llegaron a sostener que a mi hijo lo hicieron picadillo, que van a venir a mi casa a instalarse y buscar venganza. Y nosotros somos gente que hizo todo lo que pudo para sacar a dos hijos de la calle, pero siempre nos dieron la espalda. Los quisimos internar y la Justicia siempre nos dio la espalda”-

“¿Sabés la cantidad de veces que pedí que mi hijo estuviera preso? ¿Sabés la cantidad de veces que le pedí a Dios que lo sacara de la calle? Porque lo quería vivo, y ya no lo tengo más. Por nosotros nadie se compadece, nadie hizo nada”, agregó Mónica, la madre de Diego Nicolás Quiroga García, en diálogo con medios rosarinos.

Y Alberto completó: “Luchamos por cada uno de nuestros hijos desde que eran chiquitos. Siempre les quisimos dar una buena vida. Pero con dos de ellos no pudimos. Diego desde chico tuvo problemas de adicciones, malas juntas…hicimos todo lo que pudimos y estuvo a nuestro alcance para sacarlo de allí”.

“Nosotros no vivimos de los robos de nuestros hijos. Somos trabajadores. Yo trabajo en una empresa de limpieza desde hace diez años. Mi marido tiene un camión de mudanzas tras quedarse en la calle en 2001 cuando en medio de la crisis lo despidieron de una empresa de colectivos. Somos personas que hicieron todo lo que tuvieron a su alcance para rescatar a sus hijos de la calle. Nadie nos ayudó”, explicó Mónica.

“Y hoy el menor de nuestros chicos no puede ir a la escuela porque a él también lo amenazan por las redes sociales y tiene miedo”, agregó Alberto que, remarcó: “El fin de semana anterior a que todo esto pasara estaba con sus amigos en la esquina y le robaron el celular. No reaccionó porque siempre le digo que no lo haga. Un celular se vuelve a comprar, la vida no”.

“No sabemos qué fue lo que le pasó por la cabeza a Diego. El salió en 2019 tras estar preso dos años por una condena por el robo de un celular. Después de eso empezó a trabajar como peón con el camión de flete de mi marido. Nosotros no sabíamos nada de todo ésto”, relató la mujer. Consultada sobre si conocían a Luciano Escudero, el otro hombre arrollado junto a su hijo, respondió tajante: “En esta casa está prohibida la junta”.

Amenazas

“A nosotros nos amenazaron desde el minuto cero. Nuestros vecinos vienen y nos cuentan lo que ponen en los perfiles de redes sociales que han abierto pidiendo Justicia por Diego y Liberen a Diego. Han colgado fotos de mi marido con el camión pidiendo que nadie lo contrate porque es el padre de un delincuente; de mi hijo de 16 años, que padece discapacidad; amenazaron de muerte a mi nieta, que no puede ir a trabajar; a nosotros mismos, que dicen que nos van a venir a buscar. Nosotros no podemos vender nuestra casa e irnos. Es lo único que tenemos”, contó Mónica.

“Para nosotros esto terminó acá. No vamos a ser querellantes. A nuestro hijo no lo tenemos más y tenemos que proteger a los que nos quedan. Insisto con lo que te digo: compadezco a la madre de ese muchacho. La cárcel es la ley de la selva. Todo tienen un precio y todo se paga. Es la jungla. Hoy mi hijo preso está más drogado estando detenido que cuando estaba en la calle. Mi otro hijo está muerto. Descansa en paz. Nosotros ahora nos tenemos que preocupar por los que tenemos vivos. La justicia por mano propia lo único que genera es un círculo vicioso de mierda que nos mancha a todos. La otra familia tiene a alguien a quien ver en la cárcel. Nosotros no. A Diego lo vamos a ver al cementerio de Ybarlucea”, dijo la mujer.

Alberto, mientras la escuchaba asentía con la cabeza y agregó: “Yo manejé toda mi vida. Fui colectivero, tuve una chata, manejo camión y veo el video en el cual mataron a mi hijo y ninguna persona puede hacer lo que hizo este muchacho. Subió a toda velocidad a la vereda hasta pasarlos por arriba con la chata..me gustaría saber a qué velocidad iba. ¿Y si de alguna casa salía alguien? También lo mataba. ¿Vos me vas a decir que en seis cuadras no tuvo tiempo de pensar lo que estaba haciendo? ¿Ya que dicen que el padre fue hasta la comisaría, por qué no llamó al 911 y les empezó a decir por donde iba persiguiendo la moto para que aparezcan los patrulleros y los agarren? No…prefirió hacer justicia por las de él y ahora lo tiene que pagar con la cárcel”.

“Ahora no quiero saber más nada. Que la Justicia determine si fue un robo o no. Si mi hijo tenía que estar preso lo hubiese estado, pero lo mataron y eso es mucho peor que robar. No quiero ver más noticieros, no quiero leer más nada, mi mujer está deprimida, muy mal, que se haga justicia”, concluyó el hombre

Fuente: Rosario3

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