Finaliza el año 2017 , que fue benévolo desde el punto de vista electoral para Cambiemos , obteniendo triunfos legislativos en gran parte del país y acumulando poder político que muy rápidamente fue dilapidando al poner en debate las reformas previsionales y tributarias, sin antes acordar bajo poncho con los gobernadores y una desarticulada CGT con profundas disidencias internas. Cuando se ganan batallas, hay heridos, maltrechos y cadáveres en este escenario solo son cadáveres políticos que se retraen de las responsabilidades de haber realizado una transferencia de capitales desde los sectores más vulnerables hacia el fondo del conurbano bonaerense siempre tan proclive a sufrir incuestionables deficits , se lo que sea, el gran robo a los jubilados, beneficiarios de la AUH, pensionados y héroes de Malvinas se ha cometido al fragor de las protestas sociales furibundamente reprimidas en la Plaza de los Dos Congresos.

La primera batalla estaba ganada, la cabeza de playa se había ganado sin mayores contratiempos, solo quedada consumar en tramite express:  la tributaria y el presupuesto 2018. Después de sentir el beneplácito del deber cumplido y siendo fiel al libreto del FMI , el cuarteto de Ministros se dispuso a dar anuncios siempre repetitivos y abusando de potencialidades. Inmediatamente después y en una maniobra marcadamente por esta política de Cambiemos dejó escapar al dolar,  como cuando uno deja las riendas laxas al potro y este viendose libre galopa.

Con Sabor a Bario dialogó con   Adrés Asiain Licenciado en economía. Director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (C.E.S.O.). Profesor de Crecimiento Económico de la UBA

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