El lawfare significa la imposición de políticas económicas y de decisiones sobre la vida cotidiana de millones de argentinos por un medio que no son los votos.

Por Ari Lijalad/ El Destape Web

El lawfare es económico, no judicial. Es más: el lawfare no se reduce ni por asomo a las causas armadas contra CFK u otros ex funcionarios. El lawfare significa la imposición de políticas económicas y de decisiones sobre la vida cotidiana de millones de argentinos por un medio que no son los votos. La táctica son las causas, las condenas, las proscripciones; la estrategia apunta a los balances de las corporaciones que controlan lo que cuestan los alimentos, los servicios, los medicamentos, el alquiler. En este neologismo que combina law (ley) y warfare (guerra) la que es atacada es la democracia. Que las nuevas bayonetas sean plumas en manos del Poder Judicial en cuya cúspide está Horacio Rosatti ubican al presidente de la Corte en un rol de interferencia democrática. Pero ese roble no puede tapar el bosque de intereses corporativos que tiene detrás.

La Corte Suprema que hoy preside Rosatti propició el armado de causas y protegió a los jueces que se reunían con Mauricio Macri en Olivos y la Casa Rosada, a los que viajaron a Lago Escondido invitados por el Grupo Clarín, a los que se juntaban con Patricia Bullrich en el ministerio de Seguridad, a los que coordinaban con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) macrista la persecución política y sindical, a los que filtraron escuchas ilegales a medios corporativos, y muchos etcéteras revelados en distintas investigaciones de El Destape.

Esa misma Corte hizo la vista gorda de numerosos fallos de instancias inferiores que se involucraron en política económica (cautelares para habilitar dólares), que cercenaron derechos laborales, que rapiñaron los bolsillos de millones con cautelares que permiten el cobro astronómico de los servicios de internet, cable y celular, entre otros. No fue casual: la Corte hace rato que opera como escribanía empresarial y sus decisiones se asientan en los estados contablesTres de sus cuatro miembros se pronunciaron este año a favor del statu quo económico. La condena contra CFK, sponsoreada por la Corte, fue para someter a millones a la miseria planificada.

Es en ese contexto que hay que entender el fallo de la Corte que benefició a Horacio Rodríguez Larreta con los fondos de coparticipación y la aparición de una nueva filtración con supuestos chats entre el ministro de Justicia y Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro y Silvio Robles, mano derecha de Rosatti. Porque en el caso del fallo (en realidad una medida cautelar) no se trata solo del dinero y de un aporte de campaña cortesano para el 2023, sino de un mensaje sutil pero mucho más relevante: que el Poder Judicial está sometido al establishment económico y juega para su candidato, Rodríguez Larreta. Y en los presuntos chats se revela la metodología, la coordinación en al menos dos temas sensibles: ese fallo de la coparticipación y la conformación del Consejo de la Magistratura, el organismo que selecciona y sanciona a esos mismos jueces que la Corte apaña. Todo se encadena.

Toma y daca

La nueva filtración de chats entre D’Alessandro y Robles es más que significativa. Silvio Federico Robles figura con el cargo de Director General en la vocalía de Rosatti. Un cargo que, según la planilla oficial de escala salarial, tiene un básico de 866.947 pesos. No es el escalafón más alto, está por debajo de los secretarios letrados de la Corte que, a diferencia de Robles, son abogados y trabajan en la letra de las sentencias. Robles, de formación de base periodista, es el operador y persona de confianza de Rosatti y tira letra en muchos otros lugares. Decía Gabriel García Márquez que “el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma – sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligrosa relación de complicidad”. A varios les pasa con Robles, que aprovecha.

En el presunto nuevo chat entre D’Alessandro, ministro de Justicia y Seguridad de Rodríguez Larreta, y Robles, mano derecha de Rosatti, se lee que coordinan acciones vinculadas a:

  • El fallido apartamiento de Rosatti de la causa por la coparticipación de CABA luego que se publicó que Robles y D’Alessandro compartieron el cumpleaños nada menos que de Juan Bautista Mahiques, jefe de los fiscales porteños y otro de los viajanes a Lago Escondido invitados por el Grupo Clarín.
  • Qué hacer respecto a la situación del Consejo de la Magistratura, donde el secretario de Rosatti le pasa letra al ministro de Rodríguez Larreta.

Esta nueva filtración es breve. Solo son intercambios por Telegram de 4 días pero hacen referencia a otros mensajes que se envían por Whatsapp. Es evidente que es un recorte, que hay más y que la o las personas que filtran tienen un interés en su difusión que no tiene porqué ser el desarme de estas relaciones promiscuas. Más bien parece que quien las filtra hace, si pudiera llamarse así, competencia desleal en estos negocios turbios. Como fuere, el contenido de los presuntos chats es de interés público ya que involucra decisiones de alto impacto social.

El formato de esta filtración es idéntico al que reveló el chat grupal de D’Alessandro, los jueces Julián Ercolini, Carlos “Coco” Mahiques, Pablo Yadarola y Pablo Cayssials, el fiscal general porteño Juan Bautista Mahiques, el ex espía Leonardo Bergroth, el publicista Tomás Reinke y los popes de Clarín Jorge Rendo y Pablo Casey, donde buscaban encubrir el viaje a Lago Escondido financiado por el holding que comanda Héctor Magnetto. Pese al intento de los involucrados en desmentir el contenido de esa filtración, buena parte de la información de esos presuntos chats se comprobó luego con documentos.

 

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