En un juego de pinzas, el líder opositor Guaidó se autoproclamó presidente interino y Trump y todos los gobiernos que lo siguen, incluido el de Macri, lo reconocieron de inmediato. Maduro denunció el intento de golpe y rompió relaciones con EE.UU. El choque se expresó en las calles, con dos grandes marchas contrapuestas.
El líder de la opositora Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente interino de Venezuela en un nuevo intento de deslegitimar el gobierno de Nicolás Maduro y que el mandatario bolivariano denunció como un intento de golpe de estado orquestado por Estados Unidos.
Guaidó fue respaldado por el presidente Donald Trump y el Grupo de Lima, con excepción de México. Mientras, el pueblo venezolano salió a las calles en dos movilizaciones. Una opositora convocada por Guaidó y otra en respaldo a Maduro.
Según informó el Ministerio Público, la jornada terminó con seis muertos. Desde el Palacio de Miraflores y con el respaldo de miles de venezolanos, Maduro rompió relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno de Estados Unidos y le dio a Trump un ultimátum de 72 horas para que su diplomacia abandone el país. “Hoy el gobierno de Estados Unidos dirige una operación para imponer a través de un golpe de estado un gobierno títere a sus intereses en la república de Venezuela. Pretenden elegir y designar al presidente de Venezuela por vías extraconstitucionales”, dijo y luego arengó: “¡Fuera, se van, acá hay dignidad y pueblo dispuesto a defender esta tierra!”. Mientras tanto, el pueblo en la calle cantaba: “el pueblo unido jamás será vencido”. En su discurso desde el histórico balcón del Palacio, Maduro anunció que recibió el apoyo telefónico del mandatario de Turquía, Recep Erdogan.
Horas antes y ante cientos de venezolanos en el este de Caracas, Guaidó se adjudicó las competencias del ejecutivo en el marco de lo que llamó la lucha contra la usurpación de la presidencia, una reedición de lo que hizo hace dos semanas, días después de la segunda investidura presidencial de Maduro. La oposición considera ilegítimo el gobierno del líder bolivariano porque argumentan que las elecciones del 22 de mayo no fueron transparentes debido a que varios candidatos opositores no pudieron participar. Una tesis que el gobierno desestimó desde un inicio principalmente porque en los comicios Maduro consiguió más del 60 por ciento de los votos. En su discurso, Maduro argumentó que se trata de otra artimaña con el fin de continuar con la tradicional política intervencionista de Estados Unidos en toda la región americana. La respuesta le llegó horas después, cuando el Departamento de Estado le negó autoridad para romper relaciones.
Fuente: Página 12
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