Esta semana se retiraron los diarios The Guardian y La Vanguardia. Racismo, conspiración y extrema derecha, entre las causas.
Algunos medios de peso en la agenda internacional empiezan a despegarse de la vorágine «desinformativa» y «tóxica» que domina la red social X, nacida como Twitter y rebautizada a partir de la adquisición del magnate de extrema derecha y próximo funcionario para la «eficiencia» en Estados Unidos, Elon Musk.
El cambio radical en la red antes reconocida por la silueta de un pajarito y hoy por la letra X, que remite a la empresa aeroespacial del propio Musk, no fue solo de nombre. Tal como denuncian estos emigrantes digitales, la invasión de bots, la proliferación de noticias falsas y la evidente manipulación de contenidos y su alcance convierten al espacio en un campo minado de toxicidades.
En ese sentido, el británico The Guardian tomó la drástica decisión de retirarse. En un artículo publicado el miércoles, este medio consultado y tomado como referencia en todo el mundo, informó a sus lectores que aunque seguirá permitiendo difundir sus contenidos en X, dejará de publicar en las cuentas oficiales. «Consideramos que los beneficios de estar en X ahora se ven superados por los aspectos negativos, y que los recursos podrían emplearse mejor promoviendo nuestro periodismo en otros lugares», dice.
The Guardian agrega que la decisión vino siendo considerada «desde hace tiempo» debido al «contenido perturbador que a menudo se encuentra o se promueve en la plataforma, incluyendo teorías conspirativas de extrema derecha y racismo«.
El medio señala que la constatación de este análisis se produjo durante «la campaña electoral presidencial en Estados Unidos», la cual «solo ha subrayado lo que hemos pensado durante mucho tiempo: que X es una plataforma mediática tóxica y que su propietario, Elon Musk, ha podido utilizar su influencia para moldear el discurso político«.
Al día siguiente de este artículo, el diario español con sede en Barcelona, La Vanguardia hizo un anuncio similar. «Esta red social se ha convertido en una plataforma en la que encuentran una caja de resonancia, las teorías de la conspiración y la desinformación, unas ideas que tienen en lo que una vez fue Twitter una vía para multiplicar su alcance que no tendrían si tuviera una moderación efectiva y razonable».
El artículo agrega que el diario «constata que las ideas que atentan contra los derechos humanos, como el odio a las minorías étnicas, la misoginia y el racismo forman parte de los contenidos virales que se distribuyen en X, donde adquieren viralidad y captan más tiempo de los usuarios en ella para ganar más dinero de las inserciones publicitarias». Lo especifica el director en una columna que publicó este jueves.
La Vanguardia recuerda que el año pasado, dos medios estadounidenses conformados por asociaciones sin fines de lucro y financiados por fondos públicos y suscripciones, abandonaron la red luego de que la red los catalogó como «medios afiliados al Estado». Se trata de la National Public Radio (NPR), y la prestigiosa televisión pública de Estados Unidos PBS.
Efectivamente, en aquel momento, NPR difundió que ya no publicaría contenido nuevo en sus 52 cuentas oficiales de Twitter, «convirtiéndose en la primera gran organización de noticias en dejar de utilizar la plataforma de redes sociales. Al explicar su decisión, NPR citó la decisión de la red de etiquetar a la cadena como «medios afiliados al Estado,» el mismo término que utiliza para referirse a medios de propaganda en Rusia, China y otros países autocráticos».
Además de estos medios, otras entidades como el Festival de Cine de Berlín, el cuerpo de policía del norte de Gales, y el hospital ortopédico Royal National, también abandonaron la red social con argumentos similares, según refleja el diario barcelonés.
Al igual que The Guardian, La Vanguardia deja abierta la opción para que los usuarios de X aún puedan compartir los artículos, «y la naturaleza de las noticias en vivo implica que ocasionalmente seguiremos insertando contenido de X en nuestras páginas de artículos».
Esta decisión generó la burla de Linda Yaccarino, Directora Ejecutiva de X Corp, quien reposteó el mensaje del medio británico con la leyenda: «En otras palabras, por favor siga leyendo The Guardian en X«.
La decisión de retirarse, evidentemente conlleva el debate de mantenerse en una red que supone un alcance masivo y someterse de esa forma a sus propias reglas, o salir a una especie de silenciamiento digital que ningún medio puede querer y que el tiempo deberá demostrar si es tal o solo una apariencia. Con esta medida, los medios también apuestan a potenciar el ingreso directo a los sitios web.
La Vanguardia destaca que «la presencia creciente de bots en X se multiplica hasta el ridículo en cuestiones de gravedad como la tragedia de la gota fría en Valencia, en la que innumerables bots de origen indio han participado en las conversaciones públicas para ganar circulación». Argentina tuvo experiencia de este fenómeno en las elecciones de 2019, cuando aún era Twitter, con las «caricias significativas» hacia Macri.
El año pasado, Musk tomó la decisión de abandonar un programa con la UE para la lucha contra la desinformación. Previamente, tras la adquisición de X en octubre del 2022, había desmantelado las áreas de moderación de contenidos, mediante despidos masivos.
Fuente: Tiempo Argentino
Comenta sobre esta publicación