A Larreta le preocupa el vuelo nacional de Bullrich y se mostró molesto por el efecto vacunación a mayores de 80 años.

Por Carla Pelliza / El Destape Web

De cara a las elecciones 2021, los últimos días no fueron sencillos para Horacio Rodríguez Larreta y su intención de ser el candidato presidenciable indiscutido de Juntos por el Cambio. Al Jefe de Gobierno porteño le preocupa el vuelo que levantó Patricia Bullrich, quien también comenzó a delinear una estrategia nacional, y se mostró molesto por un traspié en su gestión: la escandalosa aplicación de vacunas a mayores de 80 años que culminó el martes con largas filas bajo el sol, sin sillas y sin distanciamiento social. Sin embargo, la Ciudad hoy es de Larreta y, por eso, buscará neutralizar a la presidenta del PRO para poner su propio candidato. En ese camino, fogonean una encuesta en la que Bullrich tiene una imagen negativa más alta que la positiva en la Capital Federal, una ecuación muy distinta a la del mandatario municipal.

Desde la calle Uspallata analizan que Bullrich metió un sprint y un posicionamiento muy importantes, los cuales va a tener que mantener (algo que entienden difícil con el correr del tiempo). Más allá de eso, plantean que el primer paso será en la Ciudad en estas elecciones 2021. Ya dan por sentado que querrá presentarse como cabeza de lista de diputados nacionales por territorio porteño. Sin embargo, destacan que Larreta, por ser el jefe del distrito, va a querer poner a alguien de su riñón y el nombre que suena es el de Fernán Quirós, ministro de Salud.

Tanto Quirós como Larreta están imputados en la causa que investiga la privatización de vacunas en la Ciudad y esta semana tuvieron otra mala noticia, el desborde en la vacunación de mayores de 80 años, el grupo más vulnerable frente a la pandemia del coronavirus. Aseguran que éste es uno de los temas que más complica a la administración porteña porque Larreta está convencido de que la buena gestión le permitirá construir su imagen para la carrera electoral 2023. Por eso, lo que ocurrió esta semana “fue algo que no gustó pero que se pudo revertir de manera rápida y que va a pasar”, confían.

Quirós sigue siendo la opción electoral del larretismo. Bullrich, dicen, representa a otros sectores y es bueno que así lo haga porque mantiene al núcleo duro dentro del espacio. Aunque también puede alejar posibles alianzas con sectores desencantados de otras agrupaciones. O incluso desencantados de Cambiemos. En ese contexto, en los últimos días Larreta levantó el perfil confrontativo: se expresó contra Gildo Insfrán, gobernador de Formosa, y contra la intención de crear una comisión bicameral que investigue al Poder Judicial. Dos ejes que se sumaron a la disputa por la coparticipación, hasta ahora el único punto de conflicto que había marcado con el Gobierno.

Respecto a esto, desde su círculo aseguran que todas las reacciones de Larreta son 100% decisión propia. No una orden de otros dirigentes. Dicen que se pronunció sobre esos temas porque hay cuestiones que exceden límites o proyectos de país y valores que él busca representar y tiene que marcar una postura de cara a su construcción nacional pese a que hoy está enfocado plenamente en la Ciudad.

Larreta tiene apoyos fuertes para su construcción política. En su espacio están María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Elisa Carrió y un Cristian Ritondo que, si bien se muestra con Bullrich, está más cerca del Jefe de Gobierno que de la presidenta del PRO. Algunos analizan que es el único con valor para caminar junto a la ex ministra de seguridad y evitar algunos exabruptos. Otros dicen que la división entre “halcones” y “palomas” se achicó tras el discurso de Alberto Fernández en el Congreso y que todos se volcaron a un discurso más combativo.

Patricia Bullrich en los últimos meses mantuvo varias reuniones con dirigentes políticos, sindicales y de la juventud. Lo hizo como presidenta del PRO, para delinear el armado de un partido que buscará tener candidatos propios en la mayor cantidad de distritos; lo hizo como autora de un libro – de hecho ayer estuvo en El Calafate donde denunció un supuesto escrache – y con la excusa de hablar de la seguridad en la Argentina.

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