FM Chalet dialogó con Jorge el Negro Castro un referente de lucha por los derechos de Memoria Verdad y Justicia como así también en la Inundación del 2003, apresado en la dictadura y  fue victima de la catástrofe hídrica evitable del 2003, rememoró el 29 de abril del 2003, un día como hoy pero 21 años atrás.

¿Como te encontró el 29 de abril del 2003?

“Estábamos ayudando a embolsar bolsas en el hospital de niños. Yo vivía a dos cuadras y media del hospital de niños. Entonces habíamos ido con mi mujer y estábamos ahí, habíamos dejado a nuestros hijos, los cinco hijos que vivían con nosotros. Nosotros tenemos siete, pero teníamos cinco viviendo con nosotros,  cuando estábamos ahí veía pasar gente totalmente mojada, extraviada, con la mirada perdida y le digo a mi señora, voy a ver hasta la vía, qué está pasando cuando llegué ahí vi el panorama, o sea, ya estaba el agua hasta el tope, estaba desando digamos los rieles de la vía y justo se baja de una canoa el padre Axel (Padre Axel Arguinchona) , que era párroco ahí en Santa Rosa de Lima, que nos conocíamos, porque lo habíamos llevado en algunas cosas de acción social en el barrio, y me toma del brazo y me dice a la oreja, “andate porque nos tapa”.

“Y bueno, volví y dije a mi señora, vámonos, porque viene mal, mal la cosa, y ella me dice, pero, ¿están mal? Sí, viene mal, y le dije lo que me había dicho el cura. Y bueno, volvimos a nuestra casa, le dijimos a nuestros hijos, una muda de ropa, el documento, los útiles, y que nos vamos. Nuestros hijos, digamos, no entendían nada, pero, digamos, ante la situación que se estaba viviendo, que no eran ajenos, porque todavía había luz, en el barrio Roma todavía había luz, y ellos estaban mirando la televisión, lo que ocurría, apagaron todo y bueno, salimos, y nos fuimos y nos refugiamos en la casa de mi madre, que vivía en Lisandro de la Torre, al 3800, que es la altura del regimiento 12, que sabíamos la cota que tenía ese lugar, que no digamos que… si se inundaba ese lugar, se inundaba todo Santa Fe. Entonces pasamos, íbamos a pasar un día, pero igual después los dejamos a los chicos y salimos a ayudar”.

“Venían canoas, piragua, lanchas, con que la gente había empezado a dar respuesta al llamado de seguridad, porque la municipalidad ni el estado provincial no tenían ni un gomón, nada tenían para paliar la situación. O sea, y todo el mundo quedó totalmente despojado de la verdad y asumió esa realidad huyendo. O sea, salíamos despavoridos en muchos casos y de ahí los desencuentros, todo lo que sufrieron todas las familias y al poco tiempo, hay que recordar que el primer muerto es a las 4 y media de la tarde en Vera y la vieja circunvalación.”

“Pero esa fue la situación y después a la noche estuvimos en San José y Mendoza ayudando a la gente que salía de Santa Rosa de Lima. O sea que lo vivencial lo tenemos en nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestra retina, pero lo real es empezamos a vivir una nueva etapa de nuestra vida que nos trajo hasta aquí”.

“Y todo lo que vino después, más allá de que hubo 30 días, 40 días, en que el pueblo santafesino en su gran mayoría actuó con una solidaridad muy grande. Pero después vino lo otro, o sea, la vuelta intimidatoria al hogar, sacarlos de la escuela con el ejército, o sea, Santa Fe ya vivía una apartheid social silenciosa, avenida o los grandes bulevares, se vivió otra realidad. Y eso sigue hasta hoy, y hoy mucho más profundizado. O sea, en la época de la inundación, el grado de pobreza todavía no llegaba al 30%. Hoy es el doble. Entonces, esa deuda de la democracia se ha agrandado con creces, lo que demuestra el fracaso de muchos políticos que todavía viven de la teta del Estado y esa es una realidad la política como acción de servicio al pueblo es hermosa”.

“Yo pertenezco a una generación de jóvenes que buscamos construir una nación donde las oportunidades sean para todos. Es otra época histórica. Nosotros participamos de las luchas de los 60, de los 70, y tomamos la opción, porque siempre nos hemos chocado, la opción de la vía armada. Y ahí caímos presos en el año 74 y soportamos más de 8 años presos en cárceles Sion el Sur, en Rawson, y Milagro en Villa. Y bueno, ahí sufrimos y resistimos, vivimos la cárcel, porque si hay algo que yo siempre agradezco al partido que me formó políticamente, el PRT, y estaba preparado para la cárcel, o para morir, porque muchos de mis compañeros murieron, la gran mayoría, y bueno, cuando fuimos derrotados, fuimos derrotados por la dictadura militar, no el pueblo argentino, nosotros en nuestra acción cometimos muchos errores y bueno, sufrimos una derrota. Pero no nos quebraron en la cárcel. Entonces cuando salimos tuvimos la vocación de luchar por la verdad, lo que le había pasado a muchos compañeros nuestros y mucha gente del pueblo que fueron detenidos sin ningún tipo de proceso, secuestrados, torturados y asesinados”.

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