El ultraconservador de ascendencia cubana pasó de contrincante a principal impulsor del trumpista. Es partidario del intervencionismo.
El presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, continúa confirmando quién lo acompañará en estadía en la Casa Blanca. Ahora le tocó el turno al Secretario de Estado, un puesto estratégico dentro del diagrama de poder del Gobierno estadounidense.
El elegido fue el senador por Florida, Marco Rubio, un nombre que pisa con fuerza propia hace años dentro del Partido Republicano. Rubio es un político ultraconservador de ascendencia cubana que incluso estuvo al principio de la última carrera presidencial como un adversario del finalmente candidato Trump y compitió con él en la interna de 2016.
Esta designación se lee como una devolución de favores dentro del juego de la política, Rubio era el opositor de más fuerte de Trump dentro del partido, de hecho contaba con más apoyo dentro de los principales dirigentes. La ascendencia latina es el gran capital político de este senador que sueña con suceder a Trump dentro de cuatro años.
Dentro del comunicado que reafirma la designación, Trump lo describe al electo Secretario de Estado como “un guerrero que nunca retrocederá ante los adversarios de EEUU”.
El nombramiento se suma al de la congresista Elise Stefanik como próxima embajadora estadounidense ante la ONU, y el del diputado veterano de guerra Michael Waltz al frente del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. para completar un equipo de línea dura en política exterior, que se complementa con la futura designación del ex director de Inteligencia Nacional, John Ratcliffe, al frente de la CIA, calificado por Trump como un «guerrero por la verdad».
Rubio, de 53 años, es conocido por su política de línea dura a favor de Israel y contra China, Irán, Venezuela, Cuba y Nicaragua, por lo que se augura que tendrá el ojo puesto en América Latina. Además, es presidente del comité de Inteligencia en el Senado y miembro de comité de Relaciones Exteriores.
Ha sido partidario del intervencionismo estadounidense en el exterior, pero esa tendencia parece haber ido cambiando en tanto fue limando las profundas diferencias con Trump de hace ocho años hasta ser uno de los principales impulsores de su última campaña.
De todas formas, el mundo que hereda Rubio está mucho más convulsionado que en 2016. Tendrá ante sí dos guerras, en Ucrania y Medio Oriente, que su jefe ha prometido acabar en un solo día, en el caso de la primera, y a toda velocidad en la segunda.
Trump ya confirmó otros once integrantes de su futuro Gabinete: Susie Wiles (Jefa de Gabinete); Pete Hegseth (Secretario de Defensa): Kristi Noem (Secretaria de Seguridad Interior), Mike Waltz (Asesor de Seguridad Nacional); Tom Homan (Inmigración); Elise Stefanik (Embajadora en la ONU); John Ratcliffe (Director de la CIA); Elon Musk y Vivek Ramaswamy (Departamento de Eficiencia Gubernamental); Stephen Miller (Subjefe de Gabinete para Política); Lee Zeldin (Agencia de Protección Ambiental).
BB con Europa Press y NA
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