FM Chalet dialogó con las Prof. Leontina Junges y Liliana Montenegro quienes realizarán el estreno de la obra teatral María Roldán que relata la vida y obra de la primera sindicalista argentina, el estreno de esta obra teatral se realizará hoy jueves 21 de noviembre a las 19 hs en la Asociación Vecinal Barrio Chalet, Roberto Arlt 3951 de nuestra ciudad, con entrada libre y gratuita .
María Bernaviti de Roldán fue la primera mujer delegada sindical en Latinoamérica del frigorífico “Swift”, en la localidad de Berisso, al sur de la provincia de Buenos Aires. Tuvo un rol clave en la mítica movilización a Plaza de Mayo del 17 de octubre de 1945. Murió en 1989 pero su historia, como la de la mayoría de las mujeres sindicalistas, hay que rastrearla con lupa en documentales y libros. La periodista y politóloga Tali Goldman traza un perfil de ella y su forma de hacer política. Este texto forma parte de una investigación personal sobre mujeres y sindicalismo.
—Vinimos a pedirle que sancione los derechos cívicos de la mujer, nosotras queremos votar.
El presidente Juan Domingo Perón escuchaba atento a la mujer que hablaba. En la reunión además estaban tres mujeres del Sindicato Autónomo de la Industria de la Carne y Cipriano Reyes.
—No podemos permitir más, Coronel Perón, que voten los alcohólicos, los locos, los muertos— ahí Perón comenzó a reír —porque usted sabe, coronel, que han votado los muertos. Cuando estaban los conservadores votaban los muertos, los monjes también votan, con todo el respeto que se merecen, y nosotras tenemos que escuchar a nuestros esposos, a nuestros hermanos, a nuestros tíos que nos digan que ya votó el pueblo. ¿Y nosotras, no somos pueblo nosotras, coronel?
Cuando la mujer terminó de hablar, Perón le preguntó al oído a Reyes, que había organizado el encuentro, si la señora que hablaba era una doctora. Reyes no aguantó la risa.
—Noooo, es una obrera de la carne—le contestó.
Se trataba de María Roldán, una de las obreras claves de la movilización a Plaza de Mayo el mítico 17 de octubre de 1945. Desde la ciudad bonaerense de Berisso María empujó la movilización como delegada. Aunque fue la primera delegada sindical de Latinoamérica del frigorífico Swift, su historia como la de la mayoría de las mujeres sindicalistas hay que rastrearlas con lupa en documentales y libros (1). No hay un registro justo con ellas. Sus anécdotas y la forma de hacer política que tenían en ese momento efervescente del sindicalismo hay que buscarla en los relatos orales. Esos recuerdos nebulosos mezclados con el imaginario y la mística, devuelven una figura convertida en leyenda.
Antes de ese encuentro con Perón, el 17 de octubre María había protagonizado en el palco de la Casa Rosada uno de los pocos momentos públicos de los que queda registro, al menos, en la memoria oral. El palco desbordaba de gente. Era ya de noche y cuentan, quienes estuvieron ahí, que un momento tomó el micrófono una mujer. Esa mujer era María. También dicen que el general Edelmiro Farrell, quien en ese momento ocupaba el cargo de Presidente de facto, se asombró al escuchar un vozarrón desproporcional a la pequeña contextura física de aquel cuerpo femenino.
—¿Quién es usted, señora?
—Soy una mujer del frigorífico Swift que corta carne con una cuchilla más grande que yo.
—Pero, ¿quién es?— insistió Farrell.
—Me llamo María Roldán.
—Mucho gusto, señora. Ya va a venir Perón, estén tranquilos que va a venir.
Cinco días antes de hablar ante la Plaza María ya sabía que algo se estaba gestando. Eran días muy agitados. Cipriano Reyes, fundador del Sindicato Autónomo de la Industria de la Carne y del Partido Laborista en 1943, un hombre muy cercano al entonces secretario de Previsión Social, había desaparecido de la ciudad. “Está en La Rioja”, decían algunos. “Está en Tucumán”, murmuraban otros. Lo cierto es que el dirigente sindical estaba recorriendo el país para organizar, aún sin saberlo, lo que sería un episodio histórico y trascendental, no sólo para la conformación del peronismo, sino para el devenir de la historia Argentina.
Aquel 17, bien temprano, María recibió el llamado de Reyes: el General Juan Domingo Perón estaba preso en la Isla Martín García y era hora de salir a la calle. Era ya.
Rápido, María fue corriendo a los dos frigoríficos que quedaban a un kilómetro y medio de distancia: Swift, donde trabajaba ella, y Armour, donde lo hacía su marido. La ciudad portuaria de Berisso fue cuna de inmigrantes en el siglo XIX, donde llegaron desde Europa y Asia en búsqueda de una vida próspera. Ingresaban a trabajar primero en los incipientes saladeros, que luego se reconvirtieron en frigoríficos. Como en otras tantas ciudades de la provincia de Buenos Aires o del interior del país, era en esas grandes fábricas con miles de obreros las que regulaban la vida social, política y cultural de sus habitantes. Esas miles de historias de miseria, de trabajo duro y esclavo, de sacrificio y hambre se vieron interpeladas por un militar en ascenso que, como secretario de Trabajo y Previsión Social, había velado por ellos. Para los trabajadores de los frigoríficos de Berisso, en sus vidas existía un “antes y un después de Perón”.
Escucha la entrevista completa a Leontina Junges y Liliana Montenegro
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