Un estudio reciente demostró que en el ámbito político, el poder es masculino, la empatía femenina. El dinero es masculino, el diálogo femenino. Liderazgo, tiempo y militancia son masculinos, sensibilidad y apariencia física son femeninas.

Estos resultados son una síntesis de los estereotipos más arraigados en la política que niegan e invisibilizan la capacidad de liderazgo de las mujeres a través de diferentes obstáculos, muchas veces simbólicos, muchas veces como cuestionamientos directos e indirectos, comentarios o apodos despectivos afirman Joni Lovenduski y Pippa Norris.

La participación política de las mujeres en los países latinoamericanos no es una realidad nueva; sí creciente, al menos en términos cuantitativos. Hay una progresiva presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social que puede deberse a las medidas que en materia legislativa han adoptado la mayoría de los países.

FM Chalet entrevistó a la politóloga Ana Paola Zuban, quien se refirió acerca de los resultados arrojados del estudio

“Son estereotipos que tenemos muy asentados en la sociedad, pareciera que hemos ido avanzando en desterrar alguno de ellos, pareciera que las mujeres ahora tenemos más participación en la vida pública, en términos cuantitativos hemos avanzado en algunas leyes que nos han allanado un poco el camino como la Ley de Cupo en el ’92, y la Ley de Paridad en 2017. Hemos esperado 26 años para tener una ley de paridad, eso es una prueba de que todos estos argumentos de que las mujeres tienen que hacer mérito para ocupar los lugares, deben capacitarse más, etc. Son argumentos que cuando nos damos cuenta, esa evolución después de 26 años no se logró revertir, porque la ley de cupo del 30% estableció un piso pero nunca se pasó ese piso. No se da naturalmente sin medidas que puedan allanar un poco el camino.”

“No tenemos obstáculos formales, no hay una ley que impida el acceso de las mujeres a la política, pero sí hay muchos obstáculos informales, que entendemos son los más difíciles de encerrar, ya que tienen que ver con los estereotipos y con la representación del rol de cada uno, que actividades puede hacer una mujer y qué actividades un varón. Tenemos esa idea tan instalada en la cabeza que muchas veces ni las mismas mujeres nos damos cuenta que tenemos esos obstáculos.

Hemos hecho un estudio con Mario Riorda, de alguna manera para poder instalar entre los colegas consultores esta temática. Somos muy participativos en el tono el cual las campañas electorales instalan estos temas, durante los procesos eleccionales, y en como los candidatos representan estas narrativas.”

“Desde el año 95, los estados latinoamericanos y europeos, firmaron compromisos para desterrar estos estereotipos. Se ha avanzando muy poco, a la luz de los resultados del estudio que hemos publicado, más de un 70%  de los consultados afirman que la política es una actividad exclusivamente masculina, o masculinizada, desde sus prácticas hasta en los horarios; para poner un ejemplo, las candidaturas o las decisiones importantes intrapartidarias se terminan resolviendo en un asado después de un partido de futbol, el cual no se invita a las mujeres. La desvalorización de la palabra de la mujer, la falta de recursos económicos que se pone en la carrera política de la mujer, o en la candidatura de la mujer.”

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