FM Chalet dialogó con  Domingo Ighina es licenciado y doctor en Letras Modernas por la UNC. Profesor por concurso a cargo de la cátedra de Pensamiento Latinoamericanos de la FFyH. Fue director de la Escuela de Letras (dependiente de la FFyH  de la UNC) por dos períodos. Es docente de posgrado en universidades argentinas y del exterior (Brasil y España). Especialista en temas de integración latinoamericana y en pensamiento nacional y popular americano. Director de investigaciones sobre muchedumbre y desborde en las literaturas del Cono Sur. Es también autor de varios libros, entre ellos destacan: La brasa bajo la ceniza y La fraternidad en el pensamiento de la integración latinoamericana. Dialogó con el Prof. Roberto Nasimbera en su programa “De que Hablamos cuando hablamos”, donde expuso la realidad que atraviesa nuestro país donde desde el gobierno nacional se instaura el corrimiento del Estado y que solo debe primar las leyes del mercado en todos los ámbitos.

“Es una situación catastrófica en buena medida, y que de alguna manera pone patentemente algo que es una discusión mundial porque pareciera agotarse, la posibilidad de entender a la educación y a la cultura entendida como el trabajo de los materiales que un pueblo va constituyendo a lo largo de su historia, un trabajo de representación que va construyendo, y la ciencia es un elemento más en este caso de la cultura”.

“Parecieran buenos que están en un estado crítico porque creo que hemos llegado en Argentina por primera vez, de un modo tan claro, pero en el mundo también, a entender que la educación y la cultura son más bien un bien transable en el mercado antes que un derecho.”.

“Hay una discusión muy fuerte en las universidades, a nivel institucional, en los Concilios de Universidades, en discutir si la educación es un derecho o es un bien transable en el mercado. Si es un derecho, los Estados, los pueblos, las naciones, están obligados a garantizar ese derecho. En cambio, si es un bien transable, con eso se puede comprar y vender. Se obtiene un bien determinado, en este caso podría ser conocimiento científico, conocimiento cultural, etc., y eso tiene un valor en el mercado”.

“Por eso voy a cobrar, ya que enseño eso, porque el otro va a hacer dinero, va a lucrar con esa sabiduría. Claro, la oferta sería la oferta y la demanda. Una especie de oferta y demanda, pero que tiene dos conceptos fundamentales, diversos y antitéticos, de educación y de cultura, que se ponen en juego”.

“Hace poco tiempo, en el 2018, y un poco después, en el 2019, creo que fue acá, en Córdoba , todos los rectores de América Latina, y en esa discusión de todos los rectores de universidades públicas de América Latina, se decidió defender, en la comisión de universidades ante la UNESCO, que la educación superior es un derecho, no un bien transable”.

“ Y fíjate vos que las universidades, los consorcios de universidades de Estados Unidos, el Asia Oriental, el sector de China, y Europa, insistían en que era también un bien de mercado. Así que hubo una discusión muy fuerte ahí, y finalmente, como no hubo acuerdo, se mantuvo esta doble definición, pero lo que está pasando en Argentina es ese debate, es algo que se compra y se vende, y punto, o es un derecho para todos”.

-Claro, como ciudadanos debemos estar atentos a esta cuestión, porque ahí se va a generar una desigualdad de oportunidades, y también se va a generar pobreza, porque quien no acceda a un nivel de estudios superiores, sea universitario o no universitario, va a quedar desplazado del sistema de contrato social neoliberal, o liberalismo, anarcoliberalismo, como lo estamos percibiendo-.

“Sí, las propuestas libertarianas, diría yo, porque toman esos nombres para no humillar a los viejos y queridos anarquistas que peleaban por cosas muy distintas a lo que hoy se ve. Yo creo que sí, vos sabés que acá hay un punto central, porque si vos consideras que la cultura y la educación son un derecho, lo que vas a lograr es no solo lo que te decían las viejas maestras, vas a progresar si estudias, que sería algo de la cuestión meramente de cierta satisfacción individual, económico, moral, sino también tu capacidad de incidir en el sistema”.

“Digamos. Si de alguna manera estas democracias modernas, que no son tan viejas, tienen cien y pico de años cuando mucho, si estas democracias modernas lo que intentan hacer es una representación popular, es porque por primera vez los pobres pueden opinar, dar su voz, pero también ejercer su decisión en un contexto institucionalizado democrático”.

“Pero, si yo tengo la capacidad de discernir lo que conviene, lo que no conviene, cuándo conviene y cómo conviene, y escuchar diversas voces, finalmente voy a optar siempre mal y engañándome. Y en ese sentido, lo que no voy a tener es capacidad real de intervenir. Entonces, esta pobreza me lleva a no tener capacidad real de intervenir, simplemente porque o no me dan los recursos para formarme, me los quitan o me los dan en pésimas condiciones. De tal manera que siempre voy a estar con menos información que otro”.

“Hoy se trata de disponer de información para decidir bien, y evidentemente hay gente que va a tener menos información que otra. Eso significa información no solo de lo que está pasando en política y economía, sino que no voy a tener acceso, por ejemplo, a lo que se discute incluso públicamente, a comprensión de textos, a teoría de la historia, etc. La pérdida real del proceso histórico se transforma porque se ha borrado por el hecho mismo de que algunos acceden y otros tienen el desecho, lo cual no les posibilita tener la igualdad de oportunidades que los demás”.

Entonces, quedan marginados por esa cuestión. Sí, a lo largo va a suceder eso, y se va a concentrar en poquísimas personas, en un manojo por país, por ciudad, por provincia, digamos, porque puedo incluso llegar a tener buenas retribuciones por lo que hago. A ver, yo me imagino que el ejército de tuiteros que hoy dispone del gobierno nacional cobran bien, cobran excelente, cobran mejor que cualquier docente, que cualquier investigador, etc., cobran muy bien. Pero aunque ellos sean eficaces con los tuits, aparezcan como hipermodernos y todo lo demás, ellos no fijan las políticas que tienen que resolver. Las fijan otros. Y esos otros son los que realmente han accedido a un conocimiento que los hace capaces de decidir. Nosotros hoy tenemos conocimientos, porque nos los mezclan, porque nos los otorgan, porque nos los menoscaban, etc., y esto es progresivo, que nos impide decidir en qué igualdad”.

Escucha la entrevista completa:

Reportaje realizado  por el Prof. Roberto Nasimbera el Viernes 15 de marzo 2024, programa: “De que hablamos cuando hablamos”

 

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