El Sabalero acumuló su segunda caída al hilo, y el sueño del Reducido cada vez está más lejos. Con el nuevo DT los números son flojísimos.

Colón no logra levantar cabeza en la Primera Nacional y las señales de alarma comienzan a multiplicarse. La derrota ante Temperley fue un nuevo golpe para un equipo que, bajo la conducción de Andrés Yllana, no consigue identidad, ni resultados, ni tranquilidad. El sueño del Reducido, cada vez más lejano.

Desde que asumió, Yllana dirigió siete partidos, con un registro preocupante: apenas dos triunfos, un empate y cuatro caídas. El equipo convirtió solo cuatro goles y recibió seis. Con una efectividad general del 33%, el ciclo del exjugador de Gimnasia ya muestra síntomas de desgaste, incluso más temprano de lo esperado.

Comparado con su antecesor, Ariel Pereyra (41% de efectividad), los números son aún más bajos. Yllana presenta un rendimiento del 44.44% en condición de local, pero apenas un 25% cuando su equipo juega fuera de casa. En defensa, logró mantener el arco en cero en solo tres de los siete partidos. En el resto, siempre le marcaron.

La última derrota frente a Temperley dejó secuelas. No solo por el resultado, sino por la sensación de desconexión del equipo en tramos clave del partido. Así lo reconoció el propio entrenador: “Fueron cinco minutos en los que el equipo no luchó. No es que se durmió, dejamos de luchar y perdimos el partido”Pero lo que más inquietó a los hinchas fue otra frase, más enigmática: “Es una semana la que viene para tomar una decisión importante. Nada más que eso”.

Con cinco puntos de desventaja respecto a los puestos de Reducido y un nivel futbolístico bajo, el panorama en Santa Fe es incierto. Yllana todavía tiene margen, pero el crédito se acorta. Colón necesita respuestas urgentes si no quiere despedirse antes de tiempo de la pelea por el ascenso.

Fuente: Diez en Deportes

 

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