El alerta

Un guardia oyó el ruido de una sierra cortando metales en medio de la noche. Salió de la comisaría por la ochava de ingreso y giró hacia el este por la vereda que da al penal. Allí escuchó mejor, y dio la alarma: “Los presos están cortando las rejas del penal”. Otros policías avisaron al 911. Minutos después arribó personal del Comando Radioeléctrico en primera instancia, que rodearon la manzana, y luego lo hizo el Cuerpo Guardia de Infantería que ingresaron y controlaron el penal, subieron a los techos, y encontraron las herramientas que denotaban la actividad en vista a la fuga de los 38 detenidos.

El penal de la Comisaría 9ª tiene capacidad para 12 presos, hoy hay 38, es decir que triplica la capacidad logística de alojamiento. Durante todo este 2020, el problema en general de los alojados en comisarías ha sido sin solución a la vista. En particular en la Comisaría 9ª sucedieron media docena de situaciones con intentos de evasión. Meses atrás sacaron a los presos sobrantes de esa dependencia y los trasladaron a la cárcel. Pero, nuevos procedimientos con detenidos, otra vez agravaron el conflicto.

Informaron la novedad a la Jefatura de la Unidad Regional I La Capital de la Policía de Santa Fe, y estos hicieron lo propio con el fiscal en turno del Ministerio Público de la Acusación, que ordenó que se realicen peritajes criminalísticos de rigor, y además un informe pormenorizado del suceso, la capacidad logística operativa de alojamiento y la identidad de los 38 detenidos.