Los sindicatos acordaron no hacer medidas de fuerza mientras dure la mesa de negociación. El Presidente, en cambio, continúa con su prédica a favor del desguace de la empresa.
Por Federico Yapur / Página
Javier Milei necesita (casi con desesperación) concretar una privatización como para demostrar que sus promesas electorales se cumplen. Pero para conseguir la sanción de la ley Bases tuvo que resignar una larga nómina de empresas del Estado que tenía en la lista de desguace. Ahí estaba Aerolíneas Argentinas y el Presidente no se lo perdonó. Es por eso que buscó ponerse al frente de la batalla para vender la compañía y considera que solo una confrontación abierta contra los gremios le permitirá alcanzar el objetivo de hacer desaparecer la línea aérea de bandera. Sin embargo, no resulta sencillo. Los sindicatos suspendieron las medidas de acción directa y a las autoridades de Aerolíneas no les quedó otro camino que convocarlos a negociar. Ayer, por caso, citó por separado a los tres sindicatos con los que mantiene una fuerta disputa, pero no logró quebrar el frente interno. Así, pilotos, aeronavegantes y la Asociación del Personal Aeronaútico (APA) comenzaron a negociar la actualización salarial. Por ahora no hubo acuerdo, pero los tres gremios decidieron continuar la negociación y suspendieron las medidas de fuerza.
Ayer, tras la reunión de gabinete, Milei salió a saludar a un grupo de estudiantes que estaba frente a la Casa Rosada. En ese momento, le preguntaron por la situación de Aerolíneas. El mandatario no dudó y lanzó una diatriba contra los gremios. Primero dijo que “en la Argentina se sale laburando, no parando y extorsionando”, una frase que siempre pronuncian los funcionarios de gobiernos de derecha. Y cuando le preguntaron por la situación de la empresa que presta el servicio de rampa en los aeropuertos dijo, sin dudarlo, que “obviamente que se termina Intercargo”.
Poco después, APA –el gremio de los trabajadores de Intercargo– emitió un comunicado de rechazo a la decisión del gobierno de utilizar efectivos de fuerza de seguridad para reemplazar a los trabajadores de Intercago. “Esto vulnera los procedimientos de seguridad operacional”, afirmaron y denunciaron el despido de 15 trabajadores. A pesar de ello no rompieron el diálogo con la empresa. (ver aparte)
Pocas horas después, en Aeroparque, los representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes y los de APA, fueron llegando a la reunión que los había convocado la dirección libertaria de Aerolíneas.
Los funcionarios de Aerolíneas se reunieron primero con el sindicato de los pilotos. En esta oportunidad no participó Pablo Biró sino otros integrantes de la comisión directiva. La reunión, según trascendió, se desarrolló en un marco de cordialidad a pesar de los discursos beligerantes que se dispensaron en los últimos meses. Incluso las autoridades de la compañía se mostraron predispuestos a avanzar las negociaciones. Esto habilitó una tregua, frágil y temporaria, que permite seguir discutiendo sin medidas de fuerza de por medio.
Según el secretario Gremial de APLA, Mateo Ferrería, que estuvo en lugar de Biró, la reunión con la compañía fue considerada como “positiva”. Allí Ferrería confirmó que por ahora “hemos levantado todas las medidas de fuerza”.
El dirigente de APLA dijo que “se habló básicamente del Convenio Colectivo de Trabajo y las modificaciones que sugiere Aerolíneas, como parte de lo que ellos llamas Plan Integral”. Luego indicó que “no se llegó a ninguna posición al respecto, sino que quedamos en seguir conversando la semana próxima. Nosotros expusimos nuestra propuesta, la empresa hizo lo mismo con la suya. Debatimos y quedamos en seguir con el tema”, añadió.
Ferrerías reconoció que por ahora no se abordó el tema salarial sino que por ahora se habló de las condiciones laborales. “Recién estamos iniciando la conversación y esperamos llegar a un acuerdo”, dijo para luego reiterar que mientras duren estas conversaciones no habrá medidas de fuerza. Eso sí, aclaró que el gobierno está dispuesto a poner en marcha el procedimiento preventivo de crisis en caso de que fracasen estas negociaciones.
Luego llegó el turno de los Aeronavegantes. En este caso tampoco participó su secretario general, Juan Pablo Brey. En su lugar estuvo Andrés Junor, que coincidió con los pilotos al calificar el encuentro como positivo por la renovación del diálogo. Junor señaló que “la empresa transmitió cuestiones de su interés y nosotros expusimos las nuestras”. Luego destacó que reafirmaron sus “reclamos salariales y el desfasaje del 83 por ciento que venimos teniendo desde hace tiempo”. Según el representante gremial, no se habló del convenio colectivo de trabajo: “Nosotros propusimos medidas y las analizamos. En el mientras tanto no habrá de nuestra parte medidas de fuerza y lo que queremos es desarrollar una negociación responsable y llevar tranquilidad a los pasajeros y a nuestras familias”.
Junor reconoció que los funcionarios libertarios le advirtieron también sobre el procedimiento de crisis como paso previo a un posible cierre de la empresa aérea. De todas formas esta “advertencia” suena más a una chicana que a una verdadera amenaza. Entre los requisitos para que la justicia admita el procedimiento preventivo de crisis, la empresa debe presentar una serie de balances cuyos números resultan positivos, incluso bajo la administración libertaria. Datos que demuestran que la privatización de Aerolíneas se origina en una decisión política de Milei y no de una de crisis empresaria.
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