El exministro de Seguridad de Santa Fe publicó su nuevo libro que analiza la relación entre Estado, crimen y violencia narco en Rosario.

“A partir de Bonfatti como ministro de gobierno de Hermes Binner, el socialismo empezó a entender y encariñarse con el doble pacto, a pactar con las cúpulas policiales”, aseguró el ex ministro de Seguridad de Santa Fe, Marcelo Sain.

El exfuncionario fue el primer nombre designado por el gobernador Omar Perotti para hacerse cargo de la cartera de Seguridad, que llegaba con el compromiso de hacer cumplir el slogan de campaña: “Paz y orden”. Permaneció en funciones durante más de dos años de gestión y a partir de allí le sucedieron tres ministros.

Tras su paso por el ministerio de Seguridad de Santa Fe y la asesoría en el Ministerio de Seguridad de la Nación, Sain volvió a escena para la presentación de su nuevo libro: “Ciudad de pobres corazones. Estado, crimen y violencia narco en Rosario”.

“El título emula a la canción de Fito Páez y de lo que se trata es la relación entre Estado y crimen. La pregunta del millón es por qué, si hay tanto mercado de narcotráfico en todo el país, la violencia asociada al narcotráfico es casi única en Rosario”, detalló Sain.

El exministro aseguró que, “a partir de Bonfatti como ministro de gobierno de Hermes Binner, el socialismo empezó a entender y encariñarse con el doble pacto, a pactar con las cúpulas policiales. Esto después se extendió hasta Pullaro, que fue un gran pactador, y sino pregúntenle a Druetta o Coberellini”, añadió.

Sain, quien estuvo a caballo del último gobierno del socialismo como asesor del ministerio de Seguridad y luego a cargo de la cartera durante la primera parte de la gestión de Perotti, trazó aguas entre los gobiernos y sintetizó su paso por la provincia: “Miguel Lifschitz era un tipo con buenas intenciones. Cuando me presentó a Maximiliano Pullaro antes de que él sea ministro de Seguridad me pidió que le dé una mano. Empecé a trabajar con ellos haciendo sugerencias generales. Ahí nos dimos cuenta que había un acuerdo con la policía, pero que todavía se controlaba la calle. Cuando asumo en el organismo de Investigaciones, nos damos cuenta que el Ministerio Público de la Acusación estaba haciendo un desastre. Luego, como ministro en el gobierno de Omar Perotti, llegué para llevar adelante dos estrategias que me marcó el gobernador, una era la lucha contra la mafia y la otra hacer una reforma del sistema institucional de seguridad, pero solo me bancó un año y medio. El hecho desencadenante fue cuando no me dejó ir a la Legislatura. Yo quería ir a explicar el plan de Seguridad pero no querían que vaya, ahí fue cuando dije ‘ya está’.

En su diagnóstico sobre la situación de la provincia, principalmente de la ciudad de Rosario, Sain aseguró que allí se conjugan “dos cosas fuertes”, por un lado, “una política que sigue delegando a la policía el manejo de la seguridad”, pero por otro, “una sociedad que se hace la tonta, una sociedad que le gusta guardarse este tipo de cuestiones”.  En esta línea, aseguró que el crimen organizado solo puede controlarse cuando existe una cierta cohesión Estatal: “Cuando tenés una policía tan fragmentada que no controla la calle, con un MPA que no trabaja a la altura y con criminales laborioso como los rosarinos, tenés un desfasaje entre Estado y crimen que favorece la autonomía de la ilegalidad. En Rosario se autonomizó el crimen y además se fragmentó, por lo que hay una guerra sin cuartel entre distintos grupos que se disputan un mercado extremadamente rentable”.

Fuente: Sin Mordaza

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