Los pequeños productores tienen demoras de hasta un mes para recibir los pedidos. El cierre de uno de los principales proveedores, la mala cosecha de cebada en Europa y las exportaciones tentadas por el precio del dólar preocupan a las fábricas artesanales. Aseguran que si la situación no se normaliza en febrero se complicará la producción por falta de stock. Hay quienes debieron recurrir a insumos importados para no frenar las máquinas. “En este momento económico que atravesamos se nos hace imposible trasladar el precio al consumidor final”, coinciden.
Por Rodrigo Pretto
El cierre Tai Pan Malting, sumado a la pésima cosecha en Europa y el precio del dólar que tienta a las empresas a exportar maltas, prendió luces rojas en el sector cervecero. Sobre todo en Santa Fe, donde las pymes artesanales comenzaron a hacer números y a rezar para que se normalice la situación y evitar complicaciones en la producción.
Tras efectivizarse el fin de la maltería que abastecía principalmente a productores de Capital Federal y el sur de Buenos Aires, los “maestros de la birra” en la provincia sintieron el impacto. Es que si bien compraban uno de los insumos cruciales en la multinacional Cargill, esta absorbió a todos los clientes que quedaron boyando y la escasez se sintió.
Los empresarios aseguran que al principio debieron adquirir productos importados, una decisión que encareció el precio final y no pudieron trasladar los costos al consumidor. Pero ahora los encargos vienen con demoras de un mes. “Si en febrero no se normaliza la situación vamos a estar en problemas”, coinciden.
Las causas
El cierre del 2018 y el inicio del nuevo año no trajeron más que dolores de cabeza para los cerveceros. Las noticias que comenzaron a llegar desde el viejo continente no fueron las mejores. Los pronósticos que daban muestras de pérdidas de hasta un 17% en la producción de cebada producto de los diferentes fenómenos que azotaron la región no tardaron en destapar una ola de preocupación a nivel sectorial. Incluso sin ir más lejos, las inundaciones que afectaron los campos en Brasil hicieron que el “Gigante del Mercosur” deba recurrir a Uruguay en busca del cereal.
Así las cosas, a nivel nacional de a poco se empezó a hacer notar el desabastecimiento y la falta de stock de los proveedores desató cierto desvelo ante la incertidumbre que generó la situación. Es que al contexto internacional se le sumó la baja de Tai Pan Malting en el mes de noviembre, unas de las principales malterías que abastecía a cerveceros de la provincia de Buenos Aires. Y el golpe expansivo llegó a Santa Fe. “Cargill salió a abastecer a todos esos clientes y debió repartir la torta. Por otro lado la cosecha en Europa fue mala, hubo muchas exportaciones al viejo continente y no quedó nada en Argentina. Entonces lo disponible es de mala calidad. Esos fueron los principales problemas. De acuerdo a lo que informaron desde la multinacional, en febrero se solucionaría la situación”, explicó Bernardo Quaranta, titular de la rosarina Malt Insumos & Cervezas.
A algunos pequeños productores el combo los agarró desprotegidos y en plena temporada alta. Por eso vieron sus producciones resentidas y hasta hubo quienes debieron frenar las máquinas. La realidad indica que las maltas bases llegan, pero tienen demoras de hasta un mes. Y si todo no se normaliza, se teme que el mercado pueda sentir el impacto. “Cargill tiene capacidad para abastecer a todos porque ahora se mudó a una planta nueva. Lo que pasa es que con el precio del dólar le conviene exportar porque hoy es más atractivo ese negocio que vender en el mercado interno”, deslizó Quaranta.
Panorama complejo
Proyectando y describiendo la actual situación, desde las pymes explicaron que a partir del cierre de Tai Pan Matilng el panorama se volvió cada vez más complejo. “Nosotros compramos en Cargill, pero luego de la baja del proveedor comenzaron los inconvenientes. Al principio se vio reducida la entregar de mercadería, hasta que informaron que estaban en problemas e iban a normalizar la situación en febrero”, contó Nicolás Negro, titular de la cervecería artesanal Dimenna, con base en la ciudad de San Jorge.
Reforzando la realidad de su par y continuando por el mismo carril, Sergio Balbi, dueño de Melkiades cervecería de la localidad de Sastre aclaró que con la caída de la maltería la multinacional Cargill comenzó a otorgar fechas lejanas para entregar los insumos. “Tengo un retraso de 30 días, con lo cual debemos hacer los pedidos con mucha anticipación para hacer una cadena de retiros. Además nos están exigiendo que compremos mayores volúmenes, lo cual nos genera desfinanciamiento y problemas de organización. Antes las entregas eran a una semana. Con toda esta situación se nos hace difícil prever una determinado contexto considerando que si tenemos algún pico de consumo en el medio nos quedamos sin stock. Eso nos termina generando un problema económico porque el precio final se termina haciendo muy costoso”.
El proveedor rosarino Malt Insumos & Cervezas sostuvo que se combinaron una multiplicidad de factores que desataron esta situación en un momento clave para el sector: temporada alta de consumo. “Hoy hay un stock de malta importada dando vuelta. Pero si la cosecha fue mala en Europa habrá que esperar cuál es la cantidad que llega al país”, aseguró Quaranta.
Por su parte, desde Dimenna detallaron que la producción se vio resentida a lo largo de diez días, momento en el cual se quedaron si stock para continuar con la fabricación de cerveza. Por eso, para evitar que el problema se agrave, tomaron la decisión de adquirir malta importada, puntualmente de origen brasileño que se asemejaba en calidad y precio a la nacional. “Debido a que muchos micro cerveceros se volcaron a este producto, también comenzó a faltar. Entonces tuve que comprar maltas belgas que cuestan el doble que la argentina, con lo cual los costos se dispararon. Y si bien mejora la calidad del producto final, en esta época es imposible trasladar el precio al consumidor”.
Negro añadió además que debió reducir la producción como consecuencia de la disparada de costos. Ahora, tras formar un grupo con cerveceros de la región, lograron que Cargill envíe un pedido realizado de magnitud. “Además tuve que comprar en un proveedor de Rosario que, si bien no me vendió lo que le pedí, fue un suplemento para lo que habíamos adquirido. Con todo eso puedo tirar hasta principios de febrero, que es cuando en teoría la multinacional liberaría el stock. Si no llega a suceder eso estoy complicado porque voy a tener que comprar nuevamente malta importada y se me van a disparar otra vez los costos”.
¿Por qué es tan importante en la producción?
La malta es una de las bases de la popular bebida. ¿Pero qué es realmente? Para comprender lo que es la malta es necesario saber que en la fabricación de cerveza entra en juego un microorganismo que descompone la bebida. Se trata de la levadura, quien mediante un proceso transforma azúcares y almidones en alcohol y dióxido de carbono.
Por lo tanto, la malta no es otra cosa más que los granos de cebada (por lo general) llevados a un proceso de malteado, iniciación de la germinación e interrupción de la misma mediante el secado. A través del mismo, los azúcares que se encuentran dentro del grano se convierten en aptos para la fabricación de cerveza.
De acuerdo a la temperatura del secado al cual se exponga el grano, se pueden obtener diferentes tipos de malta para la elaboración de cerveza rubia, negra o roja. De esta forma, la simple cebada pasa a denominarse malta de cebada. Los tipos de malta son varios, entre los que se encuentran los Pilsen, Viena, Munich, Pale Ale, Caramelo 120, entre los más populares.
Fuente: El Litoral
Comenta sobre esta publicación