Entre los tres efectores que reciben a pacientes críticos con COVID en la capital provincial, el nivel de ocupación en unidades de terapia intensiva bajó al 90 por ciento.

Luego de dos meses intensos en materia de internación de pacientes críticos con COVID, la ocupación de camas en el Hospital Cullen bajó del 99 al 90 por ciento. Este viernes el panorama era de cuatro unidades de terapia libres, “lo que nos da un poco de respiro”, admitió ayer su director Juan Pablo Poletti, para comparar con los últimos dos meses cuando la ocupación era prácticamente total.

Sin embargo, tal cual se registró en la primera ola, cuando bajan los contagios por coronavirus crece la demanda por otras patologías: “La gente empieza a circular por la calle y aumentan los accidentes. Así que en la sala general no COVID estamos en un 90 por ciento de ocupación”.

Esa variación se observa en el reordenamiento de las salas: este miércoles se revirtieron tres salas COVID que volvieron a ser no COVID, explicó el médico para describir esta logística diaria.

En cuanto al hospital de campaña, que fue montado en el predio del Liceo Militar frente al Cullen, desde hace unos 15 días la ocupación es del 90 por ciento. “Está siendo utilizado en óptimas condiciones, con calefacción, agua caliente y todos los servicios como una sala más”.

“Son 36 camas reales con un 90 por ciento de ocupación. Si el hospital no estuviera, habrían sido 30 camas más en el hospital, con lo que hubiésemos estado ‘apretados’ para poder atender esa patología”.

En promedio, entre los tres efectores que reciben a pacientes críticos con COVID en la capital provincial, el nivel de ocupación de camas bajó al 90 por ciento. Este viernes, en el hospital Cullen quedaban cuatro camas desocupadas de 47; en el Iturraspe había dos libres sobre un total de 40 y en el viejo Iturraspe quedaban cinco, de un total de 25.El escenario es diferente en el sector privado, donde todavía quedan 23 camas libres, de un total de 90 disponibles, es decir, una ocupación real del 58 por ciento.

El descenso en la ocupación de camas se condice con el avance del plan de vacunación de en Santa Fe, en el orden del 70 por ciento de la población objetivo inoculada, pero también, por el preocupante número de decesos provocados por el virus. Este jueves la provincia confirmó  86 muertes vinculadas al COVID, la segunda cifra más alta en lo que va de la pandemia desde marzo del 2020.

Con info de Sin Mordaza

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