En Casa Rosada son cautelosos con el resultado de la votación del proyecto que madrina Silvia Lospennato. Los escenarios que analizan dentro de Balcarce 50 y las especulaciones sobre los faltazos de algunos senadores.
Por Tatiana Scorciapino/ Tiempo Argentino
A horas de que el Congreso inicie el debate por el controvertido proyecto de Ficha Limpia, intensamente apuntalado por la candidata porteña Silvia Lospennato, dentro del oficialismo empiezan a surgir incógnitas sobre el resultado de la votación más importante que tendrá el palacio legislativo en la previa de la elección en la Ciudad. Pese a que hace tan sólo dos días el jefe de gabinete, Guillermo Francos, dijo convencido que se lograron juntar los votos, no son pocos los despachos que creen que aún no se sumaron las voluntades necesarias.
El número de oro es 37. Por su particularidad, este proyecto requiere de una mayoría absoluta para ser tratado, por lo que el recuento de la asistencia es el punto clave que miran en todos los campamentos. Dentro del PRO, principales impulsores de una ley escrita a imagen y semejanza de su voluntad expresa de correr del terreno electoral a Cristina Fernández de Kirchner, confían en que tendrán los apoyos necesarios para avanzar en este sentido. A sólo quince días de la elección porteña, la aprobación de una ley teñida de amarillo le entregaría al principal rival de La Libertad Avanza en territorio porteño un cierre de campaña ideal.
Dentro del oficialismo, por su parte, miran con recelo este entusiasmo. En Casa Rosada, son escépticos frente al resultado de esta votación y hay quienes se aventuran a advertir que podrían haber bajas significativas de senadores que aún no manifestaron públicamente su posición al respecto. Desde hace varias semanas se especula con el rol que tomarán los santacruceños Natalia Gadano y José María Carambia que, pese a construir un vínculo fluido con las terminales de Balcarce 50, aún no dan señales de cuál será su postura.
Sin embargo, la atención del oficialismo está puesta en los legisladores que responden a gobernadores claves, que pueden posponer el avión que transporta a sus representantes de un sólo llamado. En este grupo se enmarcan los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, dirigentes que responden al ex gobernador Carlos Rovira, con quien el oficialismo nacional logró construir una más que aceptable convivencia. Los preparativos de los comicios del próximo domingo en la provincia podrían ser un pretexto más que comprensible para justificar la ausencia.
De ocurrir la predicción que elaboran los más pesimistas, la de no alcanzar los votos necesarios para aprobar el proyecto, el oficialismo se vería involucrado en una contundente derrota que, pese a poder hacer un usufructo comunicacional, políticamente los dejaría más que expuestos. Una instancia más que suficiente para apaciguar el envalentonamiento feroz que los libertarios suelen exponer durante sus aventuras legislativas.
Marcando esta distancia, el gobierno podría salir ileso de esta posible derrota y dejar expuesto al PRO y su necedad de avanzar en este tipo de discusión sin contar con los votos necesarios para ganarla. Una jugada más que contundente en medio de las discusiones a cielo abierto que las principales terminales de ambas tribus están teniendo en la arena pública y tendrá un nuevo capítulo esta tarde, cuando Patricia Bullrich oficialice su salida del partido de Mauricio Macri y concretar su afiliación al espacio violeta que la cobija desde hace más de un año. Todo por arriba del cinturón.
En este sentido, el lunes por la tarde el bloque de La Libertad Avanza hizo circular un comunicado en el que adelantó la postura favorable que adoptarán frente a la votación del proyecto. «Desde el bloque de La Libertad Avanza reafirmamos nuestro compromiso con dos pilares fundamentales de la nueva Argentina: que el ajuste lo pague la casta, y que el que las hace, las paga», reza el escueto pronunciamiento que cualquier malpensado podría interpretar como un resguardo al oficialismo si se concreta, como creen algunos, la caída del proyecto.
Como sea, lo cierto es que este miércoles la actividad en el Congreso iniciará desde las once de la mañana, cuando los senadores se dispondrán a tratar varias órdenes del día, entre los que se encuentran la renovación de autoridades del Senado, instancia de particular interés para la vicepresidenta Victoria Villarruel, que vela por la elección de Emilio Viramonte como secretario administrativo. Por la tarde, de haber quórum, será el momento en que se verán las cartas dentro del recinto. Hasta esa hora, el oficialismo tendrá tiempo para trabajar para que todo marche acorde al plan.
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