Fue en el juicio donde se juzga a dos agentes policiales que prestaban servicios en la Seccional Nº 2. El lunes se conocerá la sentencia.

Por Ignacio Mendoza

Un cabo y un suboficial de la policía de Santa Fe, que hasta agosto del 2014 prestaban servicios en la Seccional Nº 2 del barrio sur de Santa Fe, comenzaron a ser juzgados este jueves en un juicio oral y público que tuvo lugar en los tribunales de Santa Fe. Se trata de los efectivos Diego Mareco (31) y Jesús Oliva (34), los dos imputados en un robo a un remisero trucho ocurrido en 2014 y que tuvo lugar en el Parque Garay.

Durante la primera audiencia, que tuvo su inicio a primera hora, las partes leyeron sus alegatos de apertura a la jueza penal, Susana Luna. Por un lado, los fiscales del caso, Ezequiel Hernández y Milagros Parodi anticiparon que pedirán 10 años de condena para los dos imputados, mientras que las defensas de los acusados, Claudio Torres Del por Oliva, y Horacio Paulazzo por Mareco, dejaron en claro que acreditarán la inocencia de sus defendidos los cuales llegaron al juicio en estado de libertad.

Los dos agentes, que se encuentran pasados a disponibilidad desde su detención en 2014, fueron imputados por el delito de “robo calificado por el uso de armas y por ser policías en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad y amenazas coaccionantes”.

A diferencia de otros debates llevados a cabo en la Sala I del subsuelo de tribunales, el juicio contó con el paso de seis testigos en total, de los cuales el principal y más esperado fue el de la víctima, Juan José B., el cual se hizo esperar por un buen rato.

Es que el remisero ilegal que fue víctima no se presentó a declarar en el juicio a pesar de haber sido citado un mes antes por la Oficina de Gestión Judicial. La ausencia llevó a que el propio fiscal Hernández le pida a la jueza un cuarto intermedio para lograr localizarlo y así trasladarlo hacia el tribunal. Una hora y media después, a las 11 precisamente, el hombre ingresó a la sala y contó qué pasó aquel 4 de agosto del 2014 cuando denunció haber sido golpeado y robado por dos uniformados.

“Te vamos a matar guacho”

Vestido con una remera azul, jean oscuro y una zapatillas deportivas, el testigo ingresó a la sala. Se sacó su gorra color negra y se sentó ante la jueza Luna. De ahí en adelante contó  qué pasó aquella noche cerca de las 21 cuando circulaba (en sentido sur-norte) por Padre Catena y avenida Presidente Perón y fue abordado por un móvil policial –el Nº Nº 5.897 perteneciente a la Seccional 2ª– en el que iban dos agentes policiales.

Dijo que le hicieron cambio de luces los policías y luego ordenaron su detención para requisar su automóvil, un Renault 12 color rojo modelo 1989 el cual presentaba varias manchas en la zona del capó producto del paso de los años. 

Explicó que los uniformados le secuestraron un revólver calibre 22 que tenía en su poder por miedo a sufrir robos. Seguidamente, contó prácticamente lo que determinó la Fiscalía: que uno de los policías se subió en la parte trasera del vehículo y a punta de pistola le ordenó que conduzca y siga al móvil policial hasta el Parque Garay.

Al llegar al parque, por calle Santiago del Estero, los agentes policiales lo golpearon y le robaron el dinero que tenía en su poder el cual iba a ser destinado a la cuota alimentaria de sus hijas. También le sustrajeron un matafuego, herramientas y hasta el estéreo del auto.“Siempre me amenazaban con que me iban a matar”, sostuvo en su relato. “Te vamos a matar guacho”, recordó que le decían. “La policía está para cuidarnos, no para que pasen estas cosas”, reflexionó finalmente el remisero.

Los videos, claves del caso

Tras culminar su relato, los fiscales le exhibieron a la víctima del hecho dos registros fílmicos provenientes del Centro de Monitoreo de la Municipalidad de Santa Fe los cuales permitieron reforzar aún más el relato del remisero y también la hipótesis de la Fiscalía.

“Ese es mi auto”, dijo con mucha vehemencia Juan José B. y además detalló qué tipo de defectos tenía en la chapa el Renault 12 aquel día en que fue privado de su libertad. “Yo lo reconozco, tiene las tres manchas en el capó”, reconoció.

Fuera de jurisdicción

Finalmente, el juicio contó con el paso de uno de los agentes policiales que prestaba servicios en la Seccional 2ª aquel día. Se trata de Mariano Gastón P. el cual se desempeñaba como personal de guardia y quien anotaba los ingresos y egresos del personal y móviles a la Comisaría de General López y Saavedra.

En su testimonio,  el policía explicó que la Seccional a la que pertenecían Oliva y Mareco en esa oportunidad solo tiene jurisdicción, en sentido norte, hasta calle Lisandro de la Torre. La aclaración fue en razón de que los agentes policiales que en la actualidad se encuentran siendo juzgados estaban, al momento del hecho, en la zona del barrio Barranquitas y Villa Del Parque.

En tanto, detalló que los dos acusados el 4 de agosto del 2014 salieron de la Comisaría, según el libro de guardia, a las 19.50 y  volvieron a la dependencia a las 21.30, sin informar de algún procedimiento o alguna requisa a un automovilista.

Fuente: Uno Santa Fe

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