Las áreas encargas del control bromatológico aún no brindaron explicaciones sobre lo sucedido.

Tras la aparición de un tornillo en un plato de comida en el restaurante Zafferano, ubicado en pleno barrio Candioti, las autoridades encargadas del control bromatológico en la capital provincial aún no brindaron explicaciones sobre lo sucedido.

Luego del hallazgo de un elemento intruso en el plato de un comensal, el local gastronómico decidió cerrar sus puertas a la atención al público, sin embargo, se trató de una decisión interna motivada por el escándalo que desató el hecho y no por voluntad del propio municipio.

Un video de la cocina del restaurante agravó el cuadro calamitoso del ambiente de trabajo en el lugar donde pudo observarse desorden, suciedad y elementos tóxicos junto a productos de gastronomía.

Tanto la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (ASSAL), organismo encargado de promover la seguridad de los productos y procesos alimenticios en cada uno de los eslabones de la cadena agroalimentaria, como la Dirección de Seguridad Alimentaria, correspondiente a la Secretaría de Producción y Desarrollo Económico, cuya función es otorgar la habilitación de los bares y restaurantes en la ciudad, aún no realizaron las aclaraciones por el hecho en el local de Zafferano.

Consultados, desde ASSAL adujeron “problemas personales” en quien podría dar respuesta, aunque se comprometieron a brindar información a la brevedad.

En tanto, desde el área de Control municipal tampoco aclararon públicamente lo sucedido en Zafferano, pero aseguraron que las constataciones de las irregularidades fueron derivadas al tribunal de faltas.

La situación en el comedor abrió el interrogante de quién y cómo se controla la situación bromatológica en los locales por donde pasan cientos de santafesinos. El hecho, sin embargo, no es nuevo. Años atrás, un bar del macrocentro capitalino fue noticia luego que en uno de sus tragos se agregara soda cáustica, lo que provocó quemaduras internas en una cliente.

Con info de UNO Santa Fe