El brutal hecho despertó la indignación de gran parte de la localidad, que se reunió para pedir explicaciones a las autoridades.

La marcha en pedido de justicia y explicaciones por el femicidio de Marina del Carmen Espíndola, la mujer que fue asesinada a tiros por su ex pareja, un policía que cumplía funciones en Melincué, terminó con incidentes y corridas frente a la Subcomisaría 10º de Murphy.

La concentración comenzó este martes a la tarde en la plaza central de la localidad, desde donde marcharon hasta el inmueble policial con pancartas y carteles. En el lugar se encontraban presentes el subjefe de URVIII, Oscar Romero, y el delegado regional del Ministerio de Seguridad, Sergio Maidana, que debieron enfrentar a unas 400 personas, en un 95 por ciento mujeres, que pedían explicaciones sobre por qué el femicida tenía su arma reglamentaria si existían denuncias de violencia de género en su contra, hechas por la propia Espíndola.

Con el correr de las horas, el escenario se tornó más dramático. Los manifestantes empezaron a tirar piedras y huevos contra la sede policial, hecho que fue repelido por las fuerzas de seguridad con disparos de bala de goma.

La fachada de la Subcomisaría quedó vandalizada con pintada en repudio a la falta de respuestas del violento asesinato que conmociona a la región.

El hecho

Marina del Carmen Espíndola tenía 42 años y era madre de tres hijos. Este martes su ex pareja, un policía de 50 entró en su casa y en presencia de uno de sus hijos menor de edad, le disparó con el arma reglamentaria en la cabeza y luego se pegó un tiro. Fue en la localidad santafesina de Murphy, departamento General López y distante a 150 kilómetros de Rosario.

Tras un aviso al 911, uniformados que llegaron al lugar encontraron a la víctima sin signos vitales mientras el homicida fue trasladado gravemente herido y murió poco después.

Uno de los hijos de la víctima de 11 años, fue quien presenció el femicidio y el que corrió a pedir ayuda a los vecinos, los cuales llamaron al 911. Los uniformados que llegaron al lugar constataron que la víctima estaba sin vida, tenía una herida de arma de fuego a la altura de la nuca.

En cuanto a Robles –que prestaba servicios en una comisaría de la localidad de Melincué, a unos 50 kilómetros de Murphy– tenía una herida de arma de fuego con orificio de entrada en boca, aún tenía signos vitales y fue trasladado al Hospital Alejandro Gutiérrez de Venado Tuerto donde falleció cerca de las 4 de este martes, aportaron las fuentes.

En el lugar se encontró el arma reglamentaria que fue secuestrada para peritar. La investigación quedó a cargo del fiscal Horacio Pueyrredón, de la Unidad Fiscal Regional III de Venado Tuerto.

Con info de Sin Mordaza

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