Así lo señaló Alejandro Kaufman en FM Chalet, profesor universitario, crítico cultural y ensayista. Es profesor titular regular en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) e investigador del Instituto de Investigaciones Gino Germani, dependiente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

La persecución política a la compañera Cristina Fernández de Kirchner transita por estos días por los caminos más escandalosos. La instancia oral del juicio sobre la causa mediáticamente denominada como “Vialidad Nacional” ha batido todos los récords de irregularidades y arbitrariedades.

Una causa absolutamente armada a partir de una denuncia fraudulenta presentada por el ex funcionario del gobierno de la Alianza Cambiemos, Javier Iguacel, quién hizo caso omiso del informe interno que él mismo encargó ni bien se hizo cargo de la Dirección Administrativa de Vialidad porque sus resultados no revelaban ninguna irregularidad en la ejecución de las obras viales que se habían adjudicado en la provincia de Santa Cruz en el período anterior. Ni sobreprecios, ni obras inconclusas ya cobradas. Nada que permitiese llevar a los estrados judiciales los ríos de tinta vertidos por los medios de comunicación dominantes, en lo que constituye una clara operación de lawfare que ahora tiene como objetivo estratégico el perpetrar la proscripción de la compañera Cristina condenándola sin pruebas que lo justifiquen y extirpándole sus derechos políticos.

“El lawfare es un recurso que tienen para inhibir a los movimientos populares, políticas distributivas y de justicia social , se trata de un plan sistemático de ajuste y distribución regresiva con un pretexto que en el fondo se trata de la administración del estado, y remisión de cuentas, se trata de cuestiones que son de responsabilidad sistémica, osea, consiste en como hacer que los recursos estén utilizados de una forma responsable y demostrable es un problema estructural”.

“El país como el nuestro está sometido a una condición precaria que hace que sea vulnerable a este tipo de reproche, entonces se lo presenta como si alguien perversamente estuviera haciendo lo mismo que podría hacerlo un “punga”.

“Se convierte en un problema mucho más complejo y que debería discutirse de otra manera en un mero asunto jurídico delincuencial de un robo, se establece una sospecha, se invierte en la carga de la prueba, y de ahí se le puede hacer cualquier tipo de cosa”.

“Tenemos un estado de verdadera anomia, quien quiera utilizar políticamente esta vulnerabilidad que existe en la administración del estado y esto es gracias a un “amigo” político, y que siempre la derecha lo hace contra los sectores más populares“.

¿Qué tipo de sentimientos te generó ver el vallado y la actitud de la policía?

“Es una represión propia de una dictadura, lamentablemente lo que ocurre es que al llamarse democracia en la institucionalidad vigente, se la toma como una garantía de que cualquier cosa que se haga va estar amparada por vigencia de la democracia, y no es así porque cada acto tiene su valor propio y la democracia no está exenta de agresión y violación a los derechos humanos con actitudes totalitarias y autoritarias. Lo que sucedió este fin de semana es un ejemplo de un comportamiento represivo en las peores tradiciones dictatoriales“.

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