Un informe del Observatorio de la Deuda de la UMET deja en evidencia la génesis y las consecuencias de la nueva dependencia externa provocada por la gestión Cambiemos.

Por Raúl Dellatorre 

“Frente a la corrida contra el dólar, que sólo se puede esperar que se profundice en los siguientes meses, la pérdida de Reservas se torna preocupante: el riesgo de no poder afrontar los pagos de la deuda externa se acrecienta a la vez que se profundiza la inestabilidad sistémica de la economía nacional, tanto para lo que resta de esta gestión de Gobierno como para el Gobierno que comience luego del 10 de diciembre”. La severa advertencia es una de las principales conclusiones del análisis realizado por el observatorio de la deuda de la UMET, dirigido por el economista Arnaldo Bocco, en su informe del mes de mayo.

El estudio pone en evidencia que, a partir de abril de 2018, la gestión de Cambiemos se ha vuelto absolutamente dependiente del FMI y que los recursos que éste entrega como desembolso se esfuman por el impacto de la fuga de divisas, que se ha vuelto a acelerar a partir de marzo de este año. La pérdida de reservas acumulada desde que el gobierno argentino firmó el programa stand by con el Fondo (junio de 2018) alcanza los 32.388 millones de dólares, lo que equivale al 82,6 por ciento del total desembolsado por el organismo.

A su vez, la formación de activos externos del sector privado no financiero (fuga de divisas neta), que en 2017 había sumado 22.144 millones y en 2018 llegó a 27.230 millones de dólares (en torno a los 2000 millones mensuales en ese período de dos años), en enero y febrero de este año parecía haber entrado en un sendero descendente (1958 millones y 965 millones, respectivamente). Pero en marzo revirtió la tendencia (1771 millones) para trepar en abril a 2341 millones de dólares. Lejos de desacelerarse, la fuga vuelve a crecer. En los primeros cuatros meses del año, la salida neta por formación de activos externos (FAE) alcanza los 7036 millones de dólares. “Si se le adicionan los 27.230 millones fugados en 2018, los 22.144 millones del año 2017 y los 9.951 millones de 2016, entonces resulta que desde diciembre de 2015 han salido del país divisas netas por atesoramiento en moneda extranjera por 68.385 millones de dólares”, señala el informe.

“El modelo económico de Cambiemos, basado en el endeudamiento externo y la apertura comercial y financiera, evidenció su rotundo fracaso en mayo de 2018, a dos años y medio de iniciada la gestión” del gobierno de Mauricio Macri, apunta. Frente a la desaparición del crédito en los mercados internacionales, Cambiemos tuvo que recurrir al FMI para pedir el mayor salvataje financiero de la historia mundial”, subraya, lo cual “implicó no sólo un incremento en el peso de la deuda externa sobre todos los argentinos sino también un fuerte condicionamiento sobre el accionar de la política económica del Gobierno Nacional”.

“Ante la profundización de la crisis económica y la inhabilidad propia del Gobierno Nacional, el FMI ha presentado un giro en su rol para convertirse en el principal aportante a la campaña electoral de la coalición gobernante encabezada por Cambiemos”, refiere luego la investigación.

Agrega el informe que, “hasta la actualidad, el FMI ha desembolsado unos 39.200 millones de dólares, y desde el primer desembolso hasta la fecha, la perdida de Reservas Internacionales alcanza los 32.388 millones, un 82,6 por ciento del total desembolsado”. “Frente a la corrida contra el dólar que sólo se puede esperar que se profundice en los siguientes meses, la pérdida de Reservas se torna preocupante: el riesgo de no poder afrontar los pagos de la deuda externa se acrecienta, a la vez que se profundiza la inestabilidad sistémica de la economía nacional”, explica, para advertir más adelante que “todo esto quiere decir que el Gobierno que asuma sus funciones luego del 10 de diciembre de 2019 –y el que venga después de 2023 probablemente también–, enfrentará fuertes dificultades para llevar adelante un modelo de política económica más heterodoxo, que permita reactivar la economía, expandir el empleo y reavivar la industria nacional”.

Nicolás Trotta, rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), opinó al respecto que “Macri no sólo nos ha sometido a uno de los mayores endeudamientos externos de la historia, sino que además es el más caro y el que más riesgo produce. La economía se ve sometida por el mismo a la mayor fuga de capitales, que en poco tiempo ha alcanzado a casi 70 mil millones de dólares. No hay economía que soporte esa doble presión y en poco tiempo sabemos como termina”. Agregó que “con el apoyo financiero otorgado por el FMI en 2018, y ya agotado en el uso destinado a la fuga, el Fondo convalida financieramente la agonía de un modelo prácticamente en default. Y contra cualquier estatuto que lo prohibe, convalida el uso de fondos para sostener a un gobierno y no a un Estado”.

La fuga sin fin

Pero no es la formación de activos externos la única ventanilla por donde se le escapan los dólares al país. El informe también analiza la evolución de otras tres cuentas de la balanza de pagos que determinan lo que conforma el cuadro habitualmente conocido como “crisis del sector externo”, cuando la magnitud del desequilibrio supera lo que el país puede afrontar en condiciones normales. Ellas son: 1) remisión al exterior de utilidades, dividendos y otras rentas; 2) resultado del intercambio de turismo; y 3) pago neto de intereses de la deuda externa.

A lo largo de la gestión de Cambiemos, en la suma de los tres años anteriores más el resultado de los primeros cuatro meses del actual, la salida neta por la cuenta Utilidades y dividendos sumó 6875 millones de dólares. Por Turismo, se fueron del país 24.033 millones más de los que entraron. Finalmente, la fatídica cuenta de Intereses de la deuda le dejó al país un saldo negativo en estos 40 meses de 34.020 millones de dólares. Acumulando estos tres conceptos con la cifra de 68.385 millones de dólares por Formación de Activos Externos mencionada en el tercer párrafo de esta nota, se llega a un valor global de 133.313 millones de dólares, que es lo que se fugó o se debió pagar al exterior por imperio de la actual política económica. Que esa cifra sea muy similar a la que el gobierno acumuló como deuda externa en el mismo período no es una casualidad: es su explicación.

Fuente:  Página 12

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