Dicho sitio fue el último lugar que marcó el GPS del teléfono celular de la mujer. Mientras, crece la angustia entre los familiares.

El paradero de Marcela Analía Maydana (43), la mujer cuyo rastro se perdió la noche del sábado en la ciudad de Recreo, sigue siendo un misterio.

Mientras familiares y allegados de “Marce” o la “Gringa”, como la llaman sus íntimos, se mantienen en una vigilia constante y luchan por no caer en la desesperación, personal policial continúa con la pesquisa bajo la supervisión del fiscal Marcelo Fontana.

En un terreno baldío

En este sentido la última acción de los detectives se consumó durante el mediodía del martes cuando un grupo de agentes se trasladó hasta la localidad de Arroyo Aguiar, más precisamente a un extenso terreno baldío (basural) ubicado a la vera de la ruta provincial N° 2.

Según trascendió, este nauseabundo escenario fue el último sitio que marcó el GPS del teléfono celular de la mujer, para luego quedar desactivado.

Con ayuda de un perro rastreador (previamente había olfateado prendas de Maydana) los oficiales recorrieron parte del terreno sin lograr ningún resultado positivo.

 

Dos celulares secuestrados

En tanto, mientras se procura dar con alguna pista que conduzca hasta la mujer, se supo que ya obra en poder de los investigadores dos teléfonos celulares, los que serán sometidos a peritajes.

Uno de los artefactos pertenece al remisero de confianza que tiene Marcela. Este hombre, que habitualmente la lleva y la trae hasta Monte Vera donde ella cuida a una mujer enferma, fue quien primero advirtió que algo anormal había ocurrido.

Eso fue el domingo a las 6 de la mañana cuando pasó a buscar a Marcela por su casa porque tenía que iniciar su jornada laboral. Como la mujer no contestó el teléfono ni atendió la puerta, el remisero acudió a la comisaría 16ta. para denunciar la situación, pero no tuvo suerte. Los policías le contestaron que la denuncia la debía formular un familiar directo. Así luego fueron las hijas de Maydana quienes radicaron el pedido de paradero.

El otro celular pertenece a un hombre “apuntado” por la familia de Marcela como sospechoso.

Este individuo fue la última pareja de Marcela. Ambos mantuvieron una conflictiva relación sentimental que terminó hace aproximadamente 1 año.

 

“Obsesionado con ella”

“El estaba obsesionado con ella. Era sumamente celoso y posesivo. Jamás aceptó que la relación había terminado”, dice de manera contundente Ivana, una de las hermanas de Marcela, en diálogo con El Litoral.

“Este hombre la esperaba a la salida del trabajo o en la parada del colectivo. La seguía en moto o en auto para ver dónde iba. Se le aparecía por todos lados”, agregó.

“A raíz de todos esos incidentes nosotros convencimos a mi hermana para que lo denuncie. Una vez que lo hizo a el le impusieron una medida de distancia (no se podía acercar a ella ni a la casa) pero que jamás respetó”, sostuvo Ivana.

“Cínico y poderoso”
“Es un tipo poderoso que supo tener mucho dinero. Es profesional, tiene dos vehículos y muchas relaciones sociales que creo las está usando ahora”, sospechó.

“Y también es un cínico. Mi madre lo fue a buscar a su casa y lo enfrentó. Le dijo ‘vos le hiciste algo a Marcela… confesalo que estás a tiempo’. Y este hombre lo único que hacía era reírse y decir ‘yo no le hice nada’. Pero mi madre le retrucó: “entonces mandaste a alguien para que le haga algo”.

Por su parte el fiscal del caso analizó la situación de este señor y de acuerdo a versiones habría estimado que “hasta el momento no hay elementos para ordenar su detención”.

Ivana asegura que la ex pareja de Marcela presenta algunas lesiones en sus brazos y moretones, pero que “éstas no fueron evaluadas por ningún médico policial”.

La última noche
El último rastro de Marcela remite a la noche del sábado. En esa jornada su hijo Agustín la trajo de su trabajo en Monte Vera y la dejó en casa de sus hermanas.

Cerca de la medianoche Marcela salió y solo dijo que volvía en un rato. Pero su regreso nunca se produjo y su teléfono se apagó. Llevaba puesto un pantalón de jeans, remera y zapatillas.

“Hasta el momento no tenemos ninguna pista Hay gente que llama y nos dice que la vieron en tal lado o en otro. Pero son todas falsas alarmas”, continuó Ivana.

“Para colmo ninguna de las cámaras de calle de Recreo registra el paso de ella”.

“Nunca se había ido”

La desazón de Ivana aumenta cuando señala alguna de las características de su hermana.

“Ella jamás se ausentó de su casa, nunca se desapareció. Es muy responsable con su trabajo y su familia. Por eso estamos seguros que algo le pasó”, especuló.

“No estamos conformes con la investigación. Para nosotros es muy lenta. En realidad creemos que no la buscan o que la buscan mal. Por eso fuimos a reclamar frente a la comisaría. Para decirles por favor que “no dejen de buscarla”, sentenció.

De Marcela Analía Moreyra se supo que es madre de cuatro hijos, Agustín, Fiorella, Vanesa y Jessica.

Si bien es nacida en Entre Ríos (en Santa Elena), hace ya más de 20 años que se radicó en Recreo donde formó su familia.

Su paradero hoy es un misterio.

Fuente: El Litoral

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