Ambos casos sucedieron durante el fin de semana en Santa Fe y Sauce Viejo. Los nenes, de 3 años, están en el Alassia con buena evolución.

El fin de semana y con tan solo una diferencia de 24 horas, dos niños de tres años de edad ingresaron a la guardia del Hospital de Niños, Orlando Alassia, por haber sufrido un episodio de ahogamiento por inmersión, es decir cayeron en la pileta y se los encontró sumergidos en ellas, inconscientes. Ambos permanecían internados en salas de cuidados intermedios por algunas horas más, para continuar con su evolución, que por suerte en ambos casos fue muy buena.

Según informaron desde el mismo nosocomio, el primer caso sucedió en la tarde del sábado, pasadas las 17, cuando una mujer llegó hasta la guardia con su hija de tres años inconsciente. La mamá manifestó que se encontraba en la casa de un conocido, en Alvear al 4000, cuando perdieron de vista a la pequeña y la hallaron flotando boca abajo.

El diagnóstico informado por los médicos fue ahogamiento por inmersión. La criatura permaneció internada en la sala de Cuidados Especiales del Hospital de Niños donde evolucionó favorablemente. Posteriormente pasó a una sala común y recibirá el alta en las próximas horas.

En Sauce Viejo

El segundo caso sucedió el domingo, también por la tarde, pero en una casaquinta de Sauce Viejo. Allí y según consta en el parte policial, tras un descuido de los presentes , un chico de tres años cayó a la pileta de la vivienda por lo que al ser descubierto por sus padres, se dispuso el traslado al Hospital de Niños.

Al llegar a la guardia fue asistido por los médicos quienes realizaron los controles pertinentes para analizar la gravedad del caso o posibles secuelas que puedan quedar en el paciente. Luego del examen de rigor pasó a una sala de cuidados intermedios donde evoluciona favorablemente para ser dado de alta en las próximas horas.

Recomendaciones para evitar ahogamientos este verano

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) informó que el ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionada con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia. Se define como el proceso conducente a la imposibilidad de respirar debido a la sumersión-inmersión en un líquido.

La doctora María Cecilia Rizzuti, médica pediatra del Comité de Prevención de Lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), señaló que “para proteger a los niños pequeños es fundamental que los adultos tomen medidas preventivas”.

Según la OMS, los principales factores de riesgo generales están relacionados con:

• Carencia o inapropiada supervisión de los niños pequeños en o cerca de masas de agua.

• Ausencia de vallados seguros y de señalización que adviertan del peligro.

• Falta de sensibilización respecto de la seguridad en el agua.

• Comportamientos de riesgo en torno a masas de agua.

• Inundaciones debidas a lluvias extremas, tormentas, etc.

• Transporte por agua en embarcaciones superpobladas, mal mantenidas o sin los elementos de seguridad necesarios.

• Vivir en la proximidad del agua.

• Antecedentes personales de la víctima, como algunas enfermedades cardiovasculares y neurológicas.

La OMS propone las siguientes intervenciones:

• Instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua.

• El cercado de piletas es una de las estrategias de prevención más importantes.

• Crear espacios seguros para los niños en edad preescolar, con atención especializada para las poblaciones que viven cerca del agua (por ejemplo, guarderías).

• Enseñar a los niños de edad escolar a nadar y las competencias para la seguridad y salvamento en el agua.

• Capacitar a las personas del entorno en técnicas de rescate seguras y RCP.

• Establecer y aplicar reglamentos de seguridad para la navegación recreativa, comercial y de personas.

• Mejorar la gestión de los riesgos de inundaciones en los ámbitos local y nacional.

Atención inicial del ahogamiento

Natalia Alejandra del Valle Romero, médica pediatra perteneciente al Comité de Emergencias de la SAP, indicó: “Lo primero que debemos hacer es retirar a la víctima del agua y pedir ayuda. No se reanima dentro del agua. Siempre tener a mano los teléfonos de emergencias de la zona. Si el niño, niña o adolescente está consciente y sin problemas para respirar, se espera la asistencia profesional. Si está inconsciente (no responde a los estímulos), el ahogamiento fue en presencia nuestra y duró menos de tres minutos, se debe abrir la boca y comenzar con respiraciones de rescate boca a boca. Si se recupera, retirar las ropas mojadas, secar a la víctima (para evitar la hipotermia) y esperar la asistencia profesional”, continuó.

“Mientras que, si no responde con las ventilaciones o el ahogamiento no fue presenciado y la víctima no reacciona, no respira y está inconsciente, se debe comenzar con reanimación cardiopulmonar básica (RCP). Es de suma importancia que la reanimación incluya ventilación y no solo masaje cardíaco. La reanimación debe realizarse hasta que llegue la asistencia profesional”.

En el ahogado no se recomienda el uso del desfibrilador automático externo (DEA), ni golpear el pecho para expulsar el agua (acción conocida como la “maniobra de Heimlich”).

“Una vez resuelta la emergencia y recuperada la conciencia de la víctima, sin excepción todos los que perdieron el conocimiento deben ser asistidos en el hospital”, concluyeron desde la SAP.

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