Una adolescente santafesina denuncia que vive encerrada por miedo a que su acosador la violente. Fue golpeada ferozmente en la calle y su propia escuela.

Por Bárbara Favant

“Me hubiera encantado abrirte como un sapo, la próxima te hago coger”, fue una de las oraciones del último mensaje amenazante que recibió K. este miércoles. La adolescente de 19 años vive en constante pánico y estado de desesperación a causa del hostigamiento, persecuciones, amenazas y hasta golpes que denuncia recibir de A. V. de 20 años a toda hora. “Ya me golpearon en nombre de él y no sé qué más hacer”, le dice a la policía en la décima extensión de una de las dos denuncias que radicó en lo que va del año.

Todo comenzó en 2018 durante el último año de secundaria en la N° 633 “Centenario de Bolivia”, una institución educativa del norte de la ciudad de Santa Fe. La joven y el denunciado iban al mismo establecimiento pero a distintos años escolares.

Según las denuncias presentadas por K. en el Centro Territorial de Denuncias en febrero y abril, A. V. –hoy imputado– comenzó a escribirle por redes sociales en sus fotos, luego por privado y al no recibir respuesta, entre insultos comenzó a amenazarla con “encontrarla” y agredirla física y sexualmente. De allí, la situación se empezó a poner cada vez peor. Múltiples cuentas con distintas variantes del nombre de K. y de otras personas que ella conocía aparecieron en las redes sociales. Desde allí, enviaba mensajes a las docentes de la joven con el fin de conseguir la dirección de su casa. En una de las capturas de pantalla presentadas, se puede ver hasta la foto de un arma.

Al mismo tiempo, desde otras cuentas se publicaban fotos de la joven con distintos mensajes en posteos de grupos de compra y venta de Facebook con el objetivo de difamarla. Además, en la constancia policial se indica que otra mujer también radicó una denuncia por los mismos motivos contra este sujeto.

“El 11 de marzo mi hija salió de mi casa para tomarse el colectivo y cuando estaba por llegar la choca un auto de atrás y se cae al piso. Se baja del auto el conductor, le da patadas en el cuerpo y en la cabeza, la agarra de los pelos y le dice: “Eso por denunciarlo a A. V. no te van a quedar más ganas de hacerte la linda”. Como pudo se levantó, corrió y nos llamó. El 12 de marzo lo toma al caso la fiscalía –a cargo de Estanislao Giavedoni– con las denuncias de K. y de la de la otra mujer por las amenazas de violación y muerte”, describe con preocupación C., la madre de la joven.

En este contexto, K. tiene una medida de distancia contra él y un botón antipánico. Pero afirma: “Nunca la cumple, no puede ni estar en Santa Fe y lo he visto. Me amenaza que me va a hacer algo cuando salga de estudiar, que él sabe dónde voy y que hay personas que le avisan a él qué hago. Me prometieron custodia pero todavía no tengo”.

Este miércoles K. volvió a denunciar que fue golpeada dentro de las instalaciones educativas a la que asiste en pleno horario de clases, cuando salió por un momento para hacer unos trámites administrativos. “La golpearon en el cuerpo y la cara en uno de los pasillos, y le dijeron que saque las denuncias porque la próxima sí o sí la matan.Tenemos desesperación. No llegó a activar el botón de pánico en ese momento porque no se imaginó que iban a estar ahí dentro del edificio, pero sí lo hizo cuando pudo. Los primeros que llegaron fueron los policías a los diez minutos pero del Centro de Monitoreo tardaron 20 en llamar para ver si no había apretado por error. Los investigadores nos dijeron que no pueden hacer mucho porque a las amenazas las hace por Facebooks truchos que borra al rato. Nosotros sabemos quién es pero nos dicen que como no se puede comprobar puede ser ella misma la que sube los escraches. Mi hija no puede hacer su vida, ahora nos dicen que va a tener custodia permanente para poder seguir estudiando pero no entendemos por qué tenemos nosotros que vivir así“.

Ministerio Público de la Acusación

Desde la Fiscalía de la Regional 1 confirmaron a este medio que por este caso hay una persona imputada por amenazas coactivas y que fueron secuestrados varios dispositivos móviles de su entorno que están siendo investigados. Al mismo tiempo, se lo obligó a constituir domicilio fuera de Santa Fe, y hoy está viviendo en otra ciudad del norte provincial.

También desde el MPA se ordenó custodia para la víctima y para la escuela N° 633 “Centenario de Bolivia”, donde habrían comenzado la amenazas. Destacaron además, que la administración y gestión de la custodia es manejado por el Ministerio de Seguridad en coordinación con las víctimas que acceden al programa de protección de testigos. Por otra parte, los botones antipánico son entregados por el Área Mujer y Diversidad de la municipalidad y los dispositivos están conectados a la Central de Monitoreo del gobierno local.

Fuente: Uno Santa Fe

 

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