Así se expresaba a los microfonos de FM Chalet el Dr. Andrés Trotta Médico. Magister en Epidemiologia, Gestión y políticas en Salud (UNLa-Arg). Doctorado en Epidemiologia (UFBa-. Brasil). En este caso se expresaba sobre el rol del Estado nacional en relación a la pandemia de dengue que atraviesa nuestro país. También se refirió sobre la vacuna, los repelentes, la figuración y sobre la posibilidad hoy remota de que el Estado pueda fabricar una vacuna contra el dengue.

¿El dengue vino para quedarse? ¿Es una endemia? ¿Es una pandemia?

“Bueno, no, ni siquiera vino, siempre estuvo, pero bueno, parece que nos olvidamos durante la pandemia de COVID que teníamos una situación socio sanitaria con el dengue como esta. En algún momento se pudo erradicar hace muchos años en América, en los años setenta, hubo un control efectivo, pero de un tiempo acá, venimos con brotes recurrentes, la particularidad en este último tiempo desde 2019 en adelante es que hay diagnósticos y de emergencia casos sostenidos más allá de la época invernal y sobre todo por los grandes cambios climáticos que están sucediendo producto del cambio climático y entonces el aumento de las temperaturas corre cada vez más hacia el sur la media necesaria de calor para que se generen ciertas condiciones para que el mosquito pueda desarrollar todo el ciclo”

¿ Mitos y verdades sobre la vacuna contra el dengue, vale la pena vacunar?

“Bueno, la vacuna es en primer lugar una modalidad de intervención de política pública. Esa es la primera cuestión. Con lo cual los problemas como el dengue, que son problemas socio sanitarios complejos no se resuelven con una tecnología por más buena y efectiva que sea la vacuna. Entonces ese es el primer punto que querría decir. Con esto quiero descentrar la discusión de la problemática es la vacuna sino que es un problema socio sanitario complejo. Frente a eso ordenar la discusión detrás de la vacuna o los hospitales. Me parece que es una simplificación que ocupa la foto de un problema muy complejo en el cual, por supuesto, necesita de la intervención activa y promotora de un Estado, cosa que a mí me parece que viene bastante vacía”.

 

¿Cuál ha sido  el rol del Estado como adjetivaría la intervención en este brote?

“Yo creo que  estamos frente a una concepción de un Estado sin ciudadanos. Lo único que hay son responsables, porque si buena parte de las políticas públicas se corren de la importancia de discutir el calendario de vacunaciones por fuera del problema socio sanitario, porque tenemos un problema socio sanitario, hay una situación de una epidemia de dengue, tenemos un disparo en la cantidad de casos diagnosticados, entonces la discusión sobre eso se pone para más adelante, esperando tener datos, entonces eso en alguna forma es correr el eje de la discusión, pero por otro lado es una concepción de un estado que no considera ciudadanos, entonces la centralidad de la discusión está puesta en la rectoría o no que tiene que tener el Estado, y yo debo decir que estamos frente a un problema sumamente complejo para el cual no tiene que haber rectoría ni normas, tiene que haber formas de meterse en los territorios, de dar cuenta de las complejidades socioculturales que expresa una epidemia como la que tenemos de dengue. Frente a eso, proponer soluciones normativas que sean más sí, más no, que si los datos sí, los datos no, me parece que es una justificación para nada llamativa frente a una concepción de Estado que tiene esa perspectiva y sobre todo que no… que digamos, deja al libre juego de oferta y demanda un problema que es mucho más complejo que reducirlo a las simples variables macroeconómicas”.

 

¿Fumigación generalizada, fumigación localizada?

“A ver, con eso intervenimos sobre una parte del ciclo, que es estrictamente el ciclo del vector y eliminamos los mosquitos adultos. Por supuesto que la situación de las larvas sigue, pero la fumigación nunca va a alcanzar a modificar las condiciones sanitarias de vivienda de la gente, que es ahí donde está verdaderamente el problema. Las desigualdades socioeconómicas que habilitan la emergencia de un problema como la epidemia de dengue no se resuelven con fumigaciones, más allá de que pueda existir orientaciones específicas. Pero lo que me parece que debiéramos poner el eje, el ojo, para tratar de entender si una intervención es correcta o no, es de acuerdo a las realidades de los territorios. Y las realidades de los territorios exceden a las realidades de los servicios de salud. Están donde la gente vive y si no ponemos el eje ahí, me parece que estamos perdiendo la complejidad de la epidemia del SIDA”.

 

¿Qué tan efectivo es el uso del repelente?

“Bueno, todo conocemos, es un mecanismo de protección de barrera para cada uno de los individuos. En ese sentido tiene esa acción. Interviene sobre uno de los momentos, digamos, de todo el complejo del proceso de salud, enfermedad, tensión que implica el dengue. En ese sentido es bueno, es una de las medidas que sería bueno tener a mano para cada una de las personas”.

 

  ¿Qué medidas óptimas serían pertinentes que ha utilizado Brasil serían convenientes replicar?

“ Yo diría que Brasil viene de una tradición sanitaria extensa que ha llevado a universalizar el acceso a los servicios de salud, esa es una primer medida. Tiene un desarrollo de investigación en salud pública que es central para la política de estado porque permanentemente hay financiamiento para que el sector, digamos, todo el campo socio sanitario produzca evidencias, produzca conocimiento y formas de intervenir en los territorios y además porque en alguna medida considera que el derecho a la salud es un derecho y entonces no es un juego que debe ser regulado libremente por la oferta y la demanda. Es centralmente un derecho a la salud y no un derecho de mercado, no una mercancía. Entonces creo que hay algunos elementos de fondo que no tienen punto de comparación con la situación que tenemos en Argentina. Además de tener priorizadas formas de intervención, porque ya existen varios estudios hace rato que en Brasil vienen desarrollando investigaciones para diferentes modalidades de intervención,  a nivel internacional, uno de los primeros países que planteó fuertemente la universalización del acceso al tratamiento de VIH-Sida con antirretrovirales. Entonces, tienen ahí una serie de cuestiones que las han ido implementando en diferentes zonas. En la zona sur de Brasil, la lindera con Argentina, han tomado la decisión, por ejemplo, de facilitar el acceso a las vacunas, ¿no? Entonces hay ahí toda una… a pesar de que Brasil es un país enormemente desigual, que es algo que todavía sigue siendo parte de la agenda pendiente del gobierno, pero bueno, creo que hay algunos elementos muy interesantes para ver de esa experiencia”.

¿Cuáles son los síntomas de dengue?

“Es un cuadro febril inespecífico que lleva entre siete, una semana, aproximadamente hasta que se instala, y una vez que se instala, da una serie de dolores musculares que tiene la particularidad de dar un dolor por detrás de los ojos muy marcados, con sensación de desgano y cansancio muy marcada, además del síndrome FB que después remite y que eventualmente puede llegar a tener algunas manifestaciones en el cuerpo, una serie de manchitas que hay que consultarlas rápidamente con algún profesional de salud para valorar si eventualmente se está volviendo más grave el cuadro. Pero habitualmente, incluso muchos de los casos son absolutamente inespecíficos, no nos damos cuenta que hemos tenido dengue. Puede ser asintomática. Sí, puede ser la forma asintomática, es una de las formas más extendidas y que por eso también es problemático, porque alguien lo tuvo, pero ante una eventual reinfección con dengue, bueno, ahí habitualmente suena aparecer más problemas”

¿Qué tan lejos está la Argentina de poder elaborar una vacuna contra el dengue?

“Bueno, no hay todavía investigaciones que yo sepa que avancen en esa línea. Todavía no hay condiciones muy potentes para poder desarrollar vacunas. Creo que hay una decisión de promocionar la investigación científica en Argentina. No tengo dudas de que tenemos enormes capacidades de desarrollar vacunas para este caso específico y para otras, como lo ha demostrado el caso del COVID, que están muy avanzadas las vacunas. Creo que hay enormes condiciones y capacidades. Ahora, esto requiere que sea parte de una política central del Estado, del país, que promocione y facilite ese tipo de investigaciones que son costosas, de larga… son proyectos a larga data, y bueno, muy bien, debiera ser parte de una centralidad de la agenda de investigaciones”.

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