Colón goleó a Defensa y Justicia 3-0 y solo tuvo el 29% de la tenencia del balón. Y cuando le ganó a Rosario Central 3-1 fue del 30%

Eduardo Domínguez nunca se preocupó si en los partidos Colón manejaba o no la pelota. Incluso públicamente se permitió debatir si era determinante tener mayor posesión del balón que el rival. Por ello, no es casualidad que en los dos partidos que dirigió Domínguez en su vuelta al Sabalero, el rival haya monopolizado el balón pero el resultado fue en favor del elenco rojinegro con seis goles a favor y apenas uno en contra.

En aquel partido que se jugó el 16 de marzo ante Rosario Central, el Canalla tuvo el 70% de posesión y Colón apenas el 30%. El equipo rosarino pateó 18 veces al arco, contra las 14 que lo hizo el Sabalero. Pero además el conjunto local dispuso de 13 tiros de esquina, contra tres que ejecutó Colón. Sin embargo, Colón se impuso por 3-1.

En el encuentro ante Defensa y Justicia, el Halcón de Varela tuvo el 71% de la tenencia de la pelota, contra el 29% del Sabalero. El elenco local pateó 13 veces al arco, contra Colón que lo hizo en ocho oportunidades. Pero además el conjunto que dirige Hernán Crespo tuvo a su favor seis tiros de esquina y el Rojinegro dos. Pero Colón goleó 3-0.

Es decir que con apenas el 30% de la tenencia del balón, Colón ganó los dos partidos como visitante, marcó seis goles y apenas recibió uno. Atacó menos que sus rivales, pero la calidad de los ataques marcaron la diferencia. Por lo cual el Sabalero fue contundente y eficaz. Ese pragmatismo le permitió cosechar dos triunfos.

Claramente Colón es un equipo que se siente mucho más cómodo contragolpeando que manejando la pelota. El esquema táctico lo predispone para agruparse atrás con mucha gente, retroceder y achicar espacios para luego aprovechar la velocidad de los laterales y de los dos delanteros.

Quizás este planteo pueda sufrir alguna complicación cuando Colón sea local y el rival lo espere con mucha gente. Allí seguramente tendrá la obligación de tener más la pelota. Pero por ahora, fuera de su casa, el Sabalero hace un culto de su pragmatismo y eficacia. Juega sin la pelota y gana con mucha comodidad.

Con información de UNO Santa Fe

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