El astrofísico santafesino, Roberto Aquilano, trabajó en un experimento con la Nasa, en la Estación Espacial Internacional (EEI) y el Centro Espacial Kennedy, para lograr descubrir las razones por las que una persona “rejuvenece” en el espacio. Además, en el estudio hay una clave que podría contribuir al entendimiento del cáncer.

En el 2015, el astronauta de la Nasa, Scott Kelly, viajó al espacio durante 340 días y su hermano gemelo, Mark, permaneció en la Tierra. Cuando Scott regresó al planeta, un estudio demostró que había experimentado cambios genéticos. Uno de estos cambios fue que los extremos de los cromosomas, llamados “telómeros”, se habían estirado. ¿Qué significa esto?

Cuando una persona, animal o planta están en gestación, los telómeros se estiran. Cuando esta persona, animal o planta, nace, el paso del tiempo hace que se vayan encogiendo y se produce el envejecimiento. Lo que pasó con Scott mientras estuvo en el espacio es que los telómeros volvieron a estirarse, retrasando así el envejecimiento.

El astrofísico santafesino Roberto Aquilano, tenía una hipótesis sobre esto: afirmaba que las variaciones en la microgravedad y la radiación cósmica habían actuado en la activación de la telomerasa para que los telómeros comiencen a estirarse en el cuerpo de Scott. “En el espacio hay microgravedad, no ingravidez. Los astronautas se están moviendo y, las pequeñas variaciones, podrían actuar sobre las moléculas de forma parecida a lo que se hace en un laboratorio (manipulándolas). A Susan Bailey le pareció que podía ser una gran explicación”, le dijo el astrofísico a AIRE.

Para demostrar esto, Aquilano propuso realizar un experimento. Como no podían hacerlo con humanos ni ratones, sugirió hacerlo con una planta salvaje, resistente a la radiación, llamada “Arabidopsis thaliana”. Hasta ese momento, la Nasa no había realizado estudios sobre el tema.

Susan Bailey realizó los contactos con la Nasa y contactó a Aquilano con Dorothy Shippen de la Universidad de Texas, especialista en telómeros vegetales. Shippen siempre estuvo interesada por lo ocurrido con el astronauta gemelo en el espacio. Junto a ella y al estudiante de posgrado Borja Barbero Barcenilla, el santafesino planteó la idea y se empezaron a proponer los primeros protocolos de investigación para realizar los estudios. “Ellos posteriormente fueron fundamentales para los análisis”, dijo Aquilano.

 

Al estudio había que hacerlo en el espacio. Para eso, se contactaron con la bióloga molecular de plantas estadounidense, Sarah Wyatt, profesora en el Departamento de Biología Ambiental y Vegetal de la Universidad de Ohio, que “se ofreció a bajar tres experimentos que tenía pensados para un futuro vuelo espacial” para que pudieran avanzar con el estudio de los telómeros propuesto por el santafesino. “Ella venía estudiando en plantas Arabidopsis thalianas los efectos de la microgravedad, pero para futuros vuelos a Marte”, dijo el astrofísico.

La Nasa aprobó el proyecto y le dio el financiamiento. Así, el 3 de junio del 2021, un cohete de SpaceX en la nave Dragon llevó la planta a la Estación Espacial Internacional (EEI).

“Se hicieron dos experimentos, uno en órbita y uno igual en tierra, en el Centro Espacial Kennedy, para poder comparar lo que estuvo en órbita con lo que estuvo en tierra”, contó Aquilano. “Estuvo un poco menos de un mes y lo trajimos de nuevo a la Tierra. Allí se empezaron a hacer los estudios en Texas y en Ohio y llegamos a una gran sorpresa: la telomerasa se activó más de 50 veces de lo previsto, con lo cual descubrimos la razón del crecimiento de los telómeros de Scott Kelly“, contó el astrofísico. Y agregó: “En ninguno de los experimentos que se hicieron en Tierra se activó la telomerasa”.

“Después replicamos el experimento en unos aparatos que tiene la Nasa que simulan las condiciones de microgravedad que ocurren en el espacio pero con rotaciones. No es lo mismo, pero es lo más parecido, y en ninguno se activó la telomerasa. Solamente se activó en el espacio”, contó.

Los resultados completos del estudio se publicarán el próximo mes en una revista de Estados Unidos.

¿Un avance contra el cáncer?

Si la telomerasa se activa, los telómeros empiezan a crecer y rejuvenecen. “Pero si activamos la telomerasa un poquito más, tenemos un tumor, porque las células se dividen descontroladamente. Y la división celular descontrolada es un tumor, es cáncer”, explicó el astrofísico santafesino a AIRE. Es decir, si no se activa en una medida justa la telomerasa, el paciente, lejos de envejecer, puede contraer cáncer.

 

“Estamos en una línea muy delgada. Si nosotros la podemos controlar bien, es muy beneficiosa y puede curar el cáncer”, contó Aquilano. Y explicó: “La división descontrolada celular se da porque se ha activado la telomerasa de alguna manera. Si podemos ir desactivando en un tumor la telomerasa, podríamos estar controlando el cáncer”, afirmó.

“Sabemos exactamente el valor de la microgravedad en cada punto. Si pudiéramos manipular bien eso, en la activación de la telomerasa, podríamos tener un control muy fino de la activación de la telomerasa, lo cual nos habilita a atacar esos problemas tan serios que hay”, dijo.

 

“Además del cáncer, esto va a ser muy importante para los viajes espaciales de larga duración, como el vuelo a Marte“, contó Aquilano. “De alguna manera, podríamos controlar el envejecimiento. No podemos controlar todos los problemas que un astronauta va a tener en el espacio, que son muchos, pero, por lo menos, podremos controlar el envejecimiento. Y eso ya es un aliciente para quienes sueñan con colonizar otro planeta”, lanzó.

¿Cuánto es posible rejuvenecer a una persona, animal o planta?

Aquilano dijo que “no se sabe exactamente cuánto puede rejuvenecerse a una persona”, pero contó que María Blasco, bióloga molecular y científica española especializada en el estudio de los telómeros y la telomerasa, logró alargar un 40% la longevidad a los ratones sin que tengan cáncer. Para saber si esto es posible aplicarse en humanos, faltan muchos experimentos.

“Con Susan Bailey estamos haciendo los trámites en la Nasa para probarlo con humanos”, dijo el santafesino. “Vamos a hacer distintos experimentos con radiación cósmica para ver los distintos efectos que puede producir sobre los telómeros, con lo cual vamos a ampliar lo que sabemos hasta ahora”, cerró.

 

Fuente: SOL 91.5 / Aire de Santa Fe

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