Es por los elevados costos en dólares. Desde la Asociación de Prestadores de Diálisis y Transplantes Renales de la provincia de Santa Fe aseguran que “la situación es crítica”. Reclaman el aumento de las cápitas.

Por Nicolás Loyarte

En la provincia de Santa Fe hay 900 pacientes bajo tratamiento de diálisis dependiente de Pami en riesgo de quedar sin posibilidad de recibir la atención que les permite seguir vivos. En su mayoría son pacientes carenciados (70 por ciento). El problema es debido a los aumentos de precio de los insumos para el tratamiento —en dólares— que no les alcanza a los prestadores para brindar el servicio. Esto llevó a que la situación hoy sea “crítica”, advirtió el nefrólogo Sergio Marinovich, quien preside la Asociación de Prestadores de Diálisis y Transplantes Renales de la provincia de Santa Fe.

Esta situación afecta a todos los prestadores del país. En Santa Fe, se dializa a 2040 pacientes, de los cuales 900 dependen de Pami. Desde la asociación santafesina, reunieron el miércoles a todos los prestadores de diálisis de la provincia y declararon el estado de emergencia en dicho sector. En una conferencia de prensa llevada a cabo en la sede que la entidad tiene en Rosario, Marinovich explicó que “el problema comenzó hace más de dos años, pero ahora los costos han subido tanto y los financiadores, sobre todo nacionales, no reconocen esos costos mínimos que los prestadores tenemos para tratar correctamente a nuestro pacientes, como siempre lo hicimos”.

La cápita que reciben hoy de Pami por la atención es de $ 3.000 y no alcanzan a cubrir el transporte, la comida que se les da a los pacientes, el personal (nefrólogos, nutricionistas, psicólogos, enfermeros, administrativos, etc) y los insumos. Cabe aclarar que no ocurre lo mismo con la provincia, que actualizó la cápita.

 “No podemos abandonarlos, porque se mueren”

Marinovich dijo luego que “cortar el servicio a los pacientes de Pami no es la decisión” y agregó: “Seguimos trabajando, pero solicitamos nuevamente al Pami que por favor atiendan nuestro justo reclamo, para poder seguir tratando a nuestros pacientes”. Sin embargo el servicio podría verse afectado en otro eslabón de la cadena de atención: los transportistas encargados de los traslados diarios de pacientes hacia los centros de diálisis no pueden seguir afrontando los altísimos costos de combustible. Dicho costo de transporte es abonado por los centros de diálisis y es deducido de la cápita que reciben.

Esta dramática situación “ya provocó el cierre de tres centros de diálisis de la provincia y hay otros diez en riesgo de seguir el mismo camino”, advirtió Marinovich. En consencuencia, hay pacientes que deben viajar más kilómetros, a otras ciudades, para recibir el tratamiento. El año pasado cerró un centro de diálisis en la ciudad de Esperanza y ahora los pacientes deben viajar a Santa Fe para recibir la atención. Luego cerró otro centro en Venado Tuerto y el tercero, cerca de Ceres.

Pedido a legisladores

“Cada paciente recibe tres sesiones de diálisis semanales”, explicó el nefrólogo Claudio Alonso. “No podemos abandonarlos, porque se mueren”, agregó con crudeza Marinovich, y dijo que esas familias “están muy angustiadas”.

“La prestación depende de tres factores, todos ellos atados al precio del dólar. Eso hace que nos sea cada vez más difícil reponer el material y el equipamiento, que es importado”, describió Alonso, y advirtió luego: “Si en días no hay una resolución, será muy difícil que podamos continuar brindando la prestación del traslado”.

Ante la falta de respuesta de Pami (y otras obras sociales), los representantes de la asociación pidieron a los legisladores nacionales por Santa Fe que intervengan como mediadores para que el reclamo sea atendido. “El 70 por ciento de los pacientes dializados son personas carenciadas, no les vamos a cortar el servicio, pero se hace insostenible, hoy un transportista cobra $ 8 por kilómetro recorrido”, ejemplificó Alonso.

Sergio Marinovich (presidente de la Asociación), Claudio Alonso (comisión directiva), María Angélica Giúdice (comisión directiva) y Marilina Viñuela (nefrólogas pediatra, integrante comisión directiva).Foto: Gentileza.

Por su parte, la nefróloga María Angélica Giúdice detalló que en particular “los pacientes pediátricos son en su mayoría de familias con pocos recursos económicos. Uno trata de no trasladarle los costos, buscamos resolverlos como podemos, sin generarles mayor angustia que la que ya tienen”.

Por último, la nefróloga Marilina Viñuela, señaló que, en paralelo a la situación que atraviesan los pacientes, “hay una gran cantidad de trabajadores en riesgo laboral, porque somos generadores de gran cantidad de puestos de trabajo”. En el país, son unos 12 mil trabajadores que atienden a unos 30 mil pacientes en más de 400 centros de diálisis. Marinovich concluyó: “No podemos abandonarlos, porque se mueren”.

Fuente: El Litoral

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