El puente peatonal y las veredas que separan el microcentro de la zona portuaria no están acondicionados para aquellos con capacidad reducida. Faltan rampas, un ascensor y la escalera mecánica está fuera de servicio.

Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, este martes se realizó la jornada “Santa Fe más inclusiva”. En este marco, se realizó una campaña para visibilizar los problemas que tiene la ciudad en relación a la movilidad urbana.

Uno de los puntos neurálgicos de Santa Fe que presenta complicaciones para la transitabilidad de los peatones con capacidades reducidas es el sector del puente peatonal que une el microcentro con el Puerto de Santa Fe, ubicado en calle Tucumán y la avenida 27 de Febrero.

“Este es un símbolo de inaccesibilidad que tiene nuestra ciudad. Entendemos que todavía le falta mucho recorrido a Santa Fe en cuanto a adaptar el diseño y los entornos urbanos para una población de personas con discapacidad intelectual o física, personas con movilidad reducida como por ejemplo una mamá o papá con un cochecito, un abuelo con un bastón, una mujer embarazada, son personas que tiene la imposibilidad de acceder a este tipo de infraestructuras”, cuestionó Joaquín Azcurrain, referente del programa CicloCiudad y organizador de esta campaña de visibilización.

Según un informe del Indec —elaborado en diciembre del año pasado— en Argentina 10 de cada 100 personas adolecen algún tipo de limitación física o intelectual. “Es una población importante del país a la que le cuesta acceder y moverse con libertad y autonomía, y muchas veces le impiden acceder a derechos básicos como la salud, el trabajo, la educación. No es una cuestión menor, hay que empezar a modificar los entornos urbanos, las oficinas públicas, las escuelas”, destacó Azcurrain.

Sin rampa. En avenida 27 de Febrero, en la acera oeste, la falta de rampa complica la circulación para las personas en silla de ruedas.Foto: El Litoral

Puente peatonal y veredas inaccesibles

Con el objeto de fomentar una mayor integración social de las personas con discapacidades, se hicieron pruebas de accesibilidad con sillas de rueda —fueron prestadas por Cilsa— para demostrar las dificultades con las que se enfrentan las personas que quieren cruzar la avenida 27 de Febrero para ir y volver de la zona portuaria.

El puente peatonal cuenta con un ascensor que está fuera de servicio, casi desde su inauguración, y una escalera mecánica que está en las mismas condiciones, sin funcionar. Ambas complicaciones están en la cabecera oeste, pero en su otro extremo, donde sí hay rampa, también hay dificultades. “Esta infraestructura es obsoleta y fue carísima. Es utilizado por muy poca gente porque es poco accesible. Hay una rampa que tiene una graduación y una cantidad de metros que sin asistencia en una silla de ruedas no podés subir”, sostuvo el referente de CicloCiudad, y preguntó a modo de reclamo: “¿Para quién pensaron esta ciudad? ¿Para personas con dos pies y dos ojos? y ¿Qué pasa con el resto de la población?”.

También, los organizadores del evento realizaron encuestas para determinar la cantidad de personas que utilizan el puente peatonal y cuántas prefieren cruzar la avenida por la calle. Ante la inaccesibilidad al puente, en el cual colgaron un pasacalle con la leyenda “ESTO NO ES INCLUSIVO”, las personas con movilidad reducida —sobre todo los que se movilizan en silla de ruedas— deben descender en la rampa de la vereda de calle Tucumán y trasladarse por la avenida hasta quedar frente a la rampa del cantero central de 27 de Febrero, ya que en la acera frente al cantero central no hay rampa.

Con información de El Litoral

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