El hecho ocurrió en la tarde de ayer en Lamadrid y Mendoza. Jugadores y familiares estaban en una fiesta cuando en un terreno lindero dos bandas de delincuentes empezaron a los tiros. Un jugador recibió un disparo en la pierna.

La inseguridad no da tregua y tampoco tiene día ni horarios. Como si esto fuera poco tampoco los delincuentes piensan en dónde se realizan ataques y tiroteos y no se miden las consecuencias que puede causar una balacera a víctimas inocentes que lo único malo que hicieron es estar en un lugar equivocado cuando los dueños de las calles y los barrios deciden dirimir diferencias a tiros.

Según un testigo, se informó que la policía se hizo presente luego de las 22 a pesar que se hicieron las denuncias pertinentes”.

Para finalizar el presidente del club explicó que se pasó la noche entre casa y casa de los chicos que fueron al club porque no podían salir del shock que vivieron tras la balacera. Además solicitó presencia real de la policía en el lugar para poder llevar adelante la actividad que entre otras cosas saca de la calle y la droga a cientos de chicos en el barrio.

Gonzalo Galván tiene 32 años y recibió el disparo que llegó desde el enfrentamiento en una de sus piernas. Es jugador de primera del club y tuvo que ser atendido en el hospital Cullen.

“Estábamos entrenando cuando comenzamos a sentir el silbido de las balas y dos o tres de ellas pegaron en las chapas. Fueron bastantes así que pensamos en irnos para los vestuarios, por las dudas, y fue cuando sentí que algo me pegó y levantó la pierna. Me toqué y sentí sangre y me di cuenta que me había entrado una bala en la parte de atrás del muslo. A la bala no la pudieron sacar, así que esperamos que esto no me traiga ninguna otra complicación”, comentó Galván.

Para finalizar dijo que fue una desgracia con suerte porque así como le pegó a él en la pierna el proyectil podría haber dado en chicos de 9 o 12 años que estaban entrenando en el lugar y la historia sería otra.

Fuente: LT10

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