Autos y camionetas de alta gama e inmuebles de muy alto costo adquiridos desde las sombras.

Por Ignacio Mendoza

Hasta el 2011, cuando fue detenido por la Policía Federal por transportar drogas fraccionadas en un Fiat 147, Vicente Pignata tenía un patrimonio que solo registraba dos automóviles bastante antiguos a su nombre. No contaba con ningún inmueble y solo alquilaba una propiedad en Avenida Freyre al 1900. De hecho, su actividad comercial había sido declarada en la Afip como un simple prestador de “servicios informáticos”.

Tras ser detenido en aquel entonces, Pignata permaneció preso un mes y medio hasta que el juez federal Reinaldo Rodríguez dictó su excarcelamiento el 11 de agosto del 2011 por lo que transitó en estado de libertad aquella causa por drogas. El 26 de diciembre del 2016 debía ser juzgado en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe pero terminó acordando un juicio abreviado de cuatro años de prisión efectiva. Medida que jamás cumplió.

Es que una estrategia de la defensa, a cargo de Claudio Torres Del Sel, llevó a dilatar el proceso luego de recurrir a un tribunal de la Cámara de Casación Penal con el simple argumento de querer declarar nulo el procedimiento de la Policía Federal en 2011. En 2018, la causa quedó firme, pero el paradero de Pignata no logró ser establecido. Sin embargo, su patrimonio dejó huellas que tanto investigadores del área de drogas como de la Justicia federal no dejaron de advertir.

De alta gama

Desde su detención en 2011 y hasta la actualidad Pignata acumuló un patrimonio basado mayormente en automóviles de alta gama e inmuebles. La mayoría puestos a nombre de su esposa, Elizabeth Yanina Campos y su suegro, Ramón Darío Campos, según indicaron fuentes del caso .

De los rodados detectados por la Justicia surge que el trío tuvo a lo largo de estos años un total de 13 automóviles: Peugeot 206; Peugeot 307; un Kia Soul; Ranault Master 2.3; una Volkswagen Tiwan 2.0; una Ford Ranger que fue registrada a nombre de un tercero; un Jeep Wrangler Sport 3.8, también registrado a nombre de otra persona; Fiat Uno Fire; una Ram 1500; Citroën C4 Lounge 1.6 Exclusive; y Toyota SW4 Titron 3.2.

Entre Santa Fe y Mendoza

Por otro lado, el rubro inmobiliario no esquivó al hoy buscado intensamente por los investigadores. La ostentación de siete inmuebles lujosos ubicados entre Santa Fe y la costa, y la provincia de Mendoza marcan el millonario patrimonio.

Dos domicilios ubicados en la ciudad de Santa Fe, de los cuales uno se encontraba emplazado en Sarmiento al 5200 del barrio Candioti Norte. Otros dos en Colastiné Norte, en la Ruta Provincial Nº 1 y otro en calle Las Magnolias al 6800.

En tanto, fuera de la capital provincial fueron detectadas otras propiedades.  Una ubicada en el Pasaje Dos Ombúes, en la localidad de Santa Rosa de Calchines y la otra en el Country El Paso, jurisdicción de Santo Tomé, cuyos negociadores fueron Carlos Delfino, padre hijo.

Asimismo, la propiedad más suntuosa que adquirió Pignata estando prófugo se encuentra  en la pequeña localidad de Bowen (Mendoza) en 2017 y donde llevaba a cabo la actividad de “Cultivo de Frutas de Carozo” en campos que en su mayoría se encontraban abandonados.

Sobreseído

En medio del crecimiento patrimonial la figura de Vicente Pignata no solo tiene fama en la Justicia federal. En el ámbito de la Justicia ordinaria, en 2013, ocurrió un incidente policial que lo llevó a estar 24 horas detenido tras un allanamiento ejecutado, por un robo ocurrido el 31 de julio (en barrio Guadalupe), en una vivienda de avenida Freyre al 1400 por orden del juez de instrucción 7ª, Diego De la Torre.

En aquel momento, los agentes policiales secuestraron estupefacientes y un arma de guerra pero un día después del procedimiento, el magistrado provincial dispuso la libertad.

Esa causa, se tramitó en los tribunales de Santa Fe hasta el 15 de mayo del 2018 cuando se dispuso el sobreseimiento de Pignata, el cual continuó acrecentando su patrimonio, según los investigadores, por medio del lavado de activos provenientes del narcotráfico.

De igual manera, pesa Pignata el actual pedido de captura dictado por el juez federal Francisco Miño, en el marco de la causa que investiga el fiscal Walter Rodríguez. En la misma sintonía, el Tribunal Oral Federal busca su detención para así purgar la condena que el mismo acordó pero que nunca cumplió y que le permitió (y permite)  gozar de la libertad. Siempre, claramente, desde las sombras.

Fuente: Uno Santa Fe

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