La vuelta de los hinchas al Brigadier López se vivió con alegría y desorden. Si bien se superó el aforo del 50 por ciento en las gradas, el conflicto se vivió con los mismos de siempre dentro y fuera de la cancha. Tal es así, que el Ministerio de Seguridad provincial radicará la denuncia en el Ministerio Público de la Acusación contra un dirigente del club, de la comisión directiva de Colón, por “articular” con Nano Leiva, el jefe de la barra, para que ingresen los 400 barrabravas que quedaron afuera.
El subsecretario de Seguridad Preventiva de la provincia, Diego Llumá, evaluó el resultado de la acción policial y el control del estadio durante el partido entre Colón y Banfield:
“Ayer la fuerza pública gestionó un escenario previsto y también las circunstancias que se produjeron después, que fue este intento de copamiento por parte de la barrabrava, articulado por un mediador que era el que comunicaba las reglas que quería imponer el presunto jefe de esta banda (que se llama Nano Leiva) que amenazó con ir al Fonavi y producir una masacre o suspender el partido, porque habían quedado 400 violentos afuera cercados por la policía, que luego fueron dispersados con un uso proporcional y mínimo de la fuerza, muy prudente y profesional.”
Más de la mitad
Las nuevas medidas de cuidado en pandemia establecen que los espectáculos deportivos no deben superar el 50% de la capacidad del establecimiento, pero tanto asistentes, trabajadores de prensa como autoridades policiales, coinciden en que el aforo se superó.
“Los inspectores del municipio, que son los que tienen la responsabilidad legal de controlar el aforo, me aseguraban con planillas en mano que había una realidad que a mí me costaba creer. Creo que había más gente”, advirtió Llumá, indicando que el número de personas que había en la cancha “hay que pedírselo al municipio”.
“Nosotros le habíamos solicitado al municipio de Santa Fe que hiciera lo mismo que el municipio de Rosario en el partido de Rosario Central, que fue el primero con público. En ese caso los inspectores municipales produjeron las planillas y un número; es decir, se hacen cargo de lo que había en el ingreso”, agregó.
De todas formas, aclaró que “50% no implica que uno vaya a ver blancos vacíos sino que la distancia, en vez de ser de un metro entre persona y persona en la popular, es de dos metros”, pero remarcó: “Una cosa es planificar un escenario de seguridad para 20 mil personas y otra para 30 mil o 35 mil. Más con el agravante de que hay un sector de los violentos que intentó ingresar por la fuerza”.
“El club es de los socios”
Consultado por el operativo en el ingreso a la cancha evaluó que se realizó “de manera muy acertada” porque lo que había que hacer era hacer que el flujo de personas fuera constante y “que no se generaran nudos o embudos”.
En este sentido, el responsable de Seguridad Preventiva aseguró que hubo una serie de retenes “muy bien coordinados por policía” para ir soltando a medida se controlaban los tickets y el carnet digital de vacunación.
“Hubo ahí un episodio confuso también que, cuando había que abrir las puertas a las 18 horas y mucha gente estaba sobre Zavalla, no aparecía la llave; estaban buscando al intendente y no aparecía la llave”, deslizó Llumá. “Hubo una especie de negligencia o no sé, alguien deberá dar explicaciones de cómo es posible que el intendente no apareciera y no apareciera la llave para abrir la puerta”.
Por otro lado, ya durante el partido, se produjeron los incidentes con los barrabravas, que dejaron un saldo de cinco policías lesionados y cuatro personas detenidas, afuera de la cancha, y el alambrado roto dentro.
“La gente bailó al ritmo de la cumbia, festejó el campeonato de Colón, la televisación no se suspendió. Los violentos querían hacer eso, se treparon al alambrado, empezaron a arrancarlo, quitaron el alambre de púa, pero el capítulo feliz es que los propios socios empezaron a cantarles que el club de los socios, y como estaban en minoría los violentos se tuvieron que bajar sin necesidad de intervención de la Policía”, relató el subsecretario.
Y subrayó: “Lo que ocurrió en Colón fue una fiesta resguardada y garantizada por la fuerza pública. Eso es lo importante que tenemos que recuperar, y que hubo un intento de volver a los usos y costumbres de los violentos de apropiarse de un espacio dentro del estadio desde el cual lanzar sus escupitajos y sus extorsiones sobre los socios. Esos usos y costumbres hicieron que mucha gente no quisiera volver a los estadios. Hoy tenemos una ventana de oportunidad que generó el gobernador Omar Perotti: el plantársele a los barrabravas en Rosario y en Santa Fe”.
Un intermediario con la barra
Llumás contó que mañana se realizará una reunión con el Ministro de Seguridad de la provincia Jorge Lagna, para tratar el caso del dirigente de Colón que ofició de “mediador” entre el presunto dirigente de la barrabrava, Nano Leiva, y él mismo.
“Un dirigente de la Comisión Directiva que es el interlocutor, aparentemente con cierto viso de representatividad o de institucionalidad con el Nano Leiva, es el que nos solicitó que ingresáramos a los 400 violentos que quedaban afuera, so riesgo de que estallara el Fonavi, o que como le dijo Nano Leiva: si no entraban los 400 iban a suspender el partido y es lo que empezaron a hacer arrancando el alambrado y el alambre de púa”, fueron las palabras del subsecretario sobre el dirigente.
Y sentenció: “Nosotros tenemos fotografías y vídeos de los violentos dentro del estadio y afuera del estadio, y vamos a aportar todo eso al Ministerio Público de la Acusación y algunos otros documentos e información. Esto que les estoy diciendo, pero con nombre y apellido”.
“Piden que el club sea de los socios y no de este puñadito de violentos que extorsiona con hipótesis de conflicto que parecían más bien de unidades del Estado Islámico porque iban a ir a asaltar el Fonavi, porque iban a interrumpir la transmisión televisiva, porque iban a interrumpir el partido. Eso no lo lograron porque la policía y el Ministerio de Seguridad no se dejó amedrentar ni influir por este mediador que es un dirigente de la Comisión Directiva”, insistió.
¿Un nuevo rumbo en seguridad?
Llumá afirmó que en el pasado se buscaron soluciones para contener a la barrabrava y que hoy el hoy gobernador Omar Perotti impulsa una política “anti violencia y anti organizaciones criminales”, reforzada por el nuevo ministro de Seguridad de la Nación Aníbal Fernández, lo que “nos genera una ventana de oportunidad para que pase lo que piden los socios en el estadio, que ayer disfrutaron de una fiesta y terminaron bailando”.
Además, aclaró: “Sabemos que hay una barrabrava, que está escindida, que en el pasado se han agarrado a tiros, sabemos que estamos lidiando con marginales que hace tres meses ingresaron al predio de entrenamiento para extorsionar a jugadores y al director técnico. No hay ingenuidad en nuestro diagnóstico. Lo que hay es una solución adaptada a ese diagnóstico. Esperamos que las fuerzas de la sociedad civil, de los clubes, que la instancia municipal, aporte a esta iniciativa”.
En este sentido, dijo que la fuerza pública es “el respaldo muscular de la ley y de la justicia” y “la herramienta preventiva que tiene que intervenir para que los conflictos no escalen en violencia”.
“No vamos a pedir permiso, vamos a pedir colaboración. Si nos quitan colaboración, en vez de estar del lado de las soluciones estarán del lado tradicional de los problemas”, disparó.
Finalmente, el funcionario reconoció que “se complicó pero la realidad nunca se condice literalmente con la planificación”. “Nosotros disponemos operativos que fueron capaces de adaptarse a, por ejemplo, el hecho de que el estadio de Colón no tiene infraestructura anti incendios propia, con lo cual tenemos que compensar ese déficit con bomberos propios. Por cierto, habría que averiguar si no es un requerimiento exclusivo para habilitar una instalación futbolística. Tampoco tienen cámaras de seguridad; habría que ver si la Ley de Seguridad en espectáculos deportivos no establece la obligatoriedad de que los clubes se doten de esta tecnología”, detalló.
Y puntualizó: “Como lecciones aprendidas, no para estigmatizar, creo que nosotros tenemos que avanzar en la incorporación de nuevos procesos que permitan al jefe del operativo estar en un comando único, controlando las operaciones por vídeo seguridad, eso nos está faltando: cámaras con reconocimiento facial”.
Con info de UNO Santa Fe
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