Tren Urbano dialogó con el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek sobre el avance de la pseudociencia, desde los antivacunas al terraplanismo.

Golombek indicó que es parte del trabajo del científico contar la mirada científica del mundo, “que es falible, a veces es temporaria, pero tiene argumentos, tiene una cierta lógica, se puede demostrar. Las explicaciones pseudocientíficas no tienen esos argumentos, no tienen lógica y no tienen la posibilidad de debate”.

“Las pseudociencias siempre han tenido repercusión, la gente siempre ha querido creer en cosas falsas. Ahora, la diferencia es la velocidad del tráfico de la información gracias a internet y las redes sociales, eso es nuevo, y está todo al mismo nivel. Cuando buscás información en internet no te ponés a buscar cuál es la fuente, si hay un experimento detrás, si hay un paper científico. Por eso esta epidemia de explicaciones pseudocientíficas. Algunas son inocuas como el horóscopo, pero si alguien no se quiere vacunas no es inocuo“, señaló.

“En muchos lugares están reapareciendo enfermedades que estaban absolutamente controladas, como los brotes de sarampión en EE.UU. Esta gente no solo pone en riesgo su propia vida o la de su familia, sino a todos los que tienen a su alrededor, porque el concepto de inmunidad es un concepto social; tiene que haber un mínimo de personas vacunadas para que la población esté protegida, si ese número disminuye todo el mundo está en riesgo”, explicó.

Golombek cree que todos tienen una responsabilidad en el tema de las vacunas, por ejemplo. Responsabilidad de los medios, del estado en promover campañas seguras, de los científicos “que recién ahora estamos saliendo a contar qué es lo que hacemos y por qué nuestros argumentos tienen una cierta lógica detrás”, apuntó.

“A veces los medios hablan de dos campanas, pero no hay. Hay una manga de chantas que dicen que no hay que vacunar porque causa enfermedades, y es mentira, y hay una historia de inmunología y vacunación que demuestra lo que hacen las vacunas. Ponerlas en pie de igualdad como dos campanas es por lo menos temerario“, finalizó.

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