La orquesta actuará en el espacio de la Costanera Este. Su líder, el multi-instrumentista Hugo Lobo, dialogó en la previa, donde se refirió a la propuesta del grupo y su evolución durante casi 20 años de carrera, a los ecos del último disco y a los proyectos previstos para 2019.

Por Juan Ignacio Novak

Desde las 21 de este viernes, Dancing Mood se presentará en Piedras Blancas (Costanera Este). El conjunto que centra su propuesta instrumental en estilos como el ska jamaiquino y el reggae ofrecerá un recorrido por su trayectoria de casi dos décadas, que incluirá temas del último álbum, “On the good road”.

 

Las anticipadas están a la venta en 1980 Boulevard, Megaforce, Terco Tour (Santa Fe, Paraná), Casa Rizzi (Santa Fe, Santo Tomé), Credifé (Santa Fe, Rafaela y Esperanza) y Centro Eléctrico (Paraná). Online a través de Sistema Ticketway.

 

Horas ante del recital, El Litoral mantuvo una charla con el multi-instrumentista Hugo Lobo, quien lidera Dancing Mood desde sus orígenes allá por el año 2000.

 

—¿Qué es lo que tienen preparado para la presentación en Santa Fe?

 

—Venimos cerrando la gira del disco anterior y preparando lo que viene. No estuvimos yendo muy seguido a tocar a Santa Fe. Somos conscientes de que es un lugar donde la gente no nos viene viendo habitualmente, entonces vamos a repasar un poco de los discos anteriores, enfocándonos en el último.

 

—¿Hay temas más pedidos por la gente y que van a estar incluidos sí o sí?

 

—Sí. Hay algunos que son “clásicos”, por lo menos para nuestro público y para nosotros. Son temas que casi nunca pueden quedar afuera. Eso siempre está. Siempre vamos ganando territorio con el repertorio nuevo, pero hay cuatro o cinco temas que no se pueden sacar de ninguna lista.

 

—¿Cuáles son?

 

—Son temas que conoce la gente. “Police Woman”, “Confucius”, “Non Stop”, “You’re so delightful”, ya son clásicos de la banda. Tienen que estar en toda lista, ya sea en festivales o en show propios. Si no están, la gente se queda como si le hubiera faltado algo.

 

—¿Se sienten atados a esos temas o es algo que llevan bien?

 

—Lo llevamos bien, pero una pequeña sensación de eso a veces a uno le queda. Más que nada cuando se está presentando un disco nuevo o cambiando el repertorio. Son más o menos cuatro o cinco temas de los que hablamos, en realidad son un poco más. Uno a veces tiene que hacer una lista de trece si quiere tocar cosas nuevas. Pero es normal, no se reniega de eso. Es el tiempo que la gente se toma para digerir el repertorio nuevo y compartirlo.

 

Madurez

 

—¿Cómo viene hasta ahora el trayecto del nuevo disco?

 

—Bien. Fue un año y medio de viajar por todos lados. Fue un disco muy aceptado, lo cual fue muy importante para nosotros porque es el segundo con composiciones absolutamente propias. Y en este caso, con un solo tema cantado, o sea que fuimos ganando más terreno con lo instrumental. Eso fue aceptado, no hubo críticas. Sostenernos durante tantos años con este género instrumental y de manera independiente fue muy productivo para nosotros.

 

—El hecho de que se hayan jugado definitivamente por ese estilo instrumental, a pesar de que es lo que los define como banda, habrá supuesto un desafío.

 

—Sí y no. Tanto mis compañeros como yo somos instrumentistas. Ninguno de la formación es cantante. Entonces, para nosotros estaba súper claro. Sí fue difícil correr contra la corriente. Estamos hablando de 20 años atrás, cuando no había bandas instrumentales. Hoy en día sí, quizás gracias a Dancing Mood también. Pero no estoy hablando sólo del género que hacemos nosotros, sino del rock nacional. Por eso fue una decisión difícil, pero tomada desde un principio. Nunca se nos pasó por la cabeza poner un cantante definitivamente. Lo tomé y lo sigo tomando como espacio dentro de un disco. Un poco de aire. Pero hacemos tantos shows sin cantante, que la gente disfruta de igual manera, inclusive en festivales grandes con un montón de gente, como hace unos días en el Cosquín Rock, donde había 110 mil personas y ninguna pidió un cantante. Es difícil quizás para hacerse popular en un principio, pero para nosotros es placentero.

 

—Esto, me parece, marca una maduración también por parte del público para abrirse más a este tipo de propuestas.

 

—Por supuesto. En toda la música. El criterio de la gente con la música, la información y la calidad de música. Ahora hay pibes nuevos que se dedicaron a estudiar, tocan bien, hay más propuestas y la gente está mucho más abierta. No reniega de bailar un tema de los Carpenters o uno de Los Redondos. Antes si. Hoy en día está más abierto esto y es positivo para todos.

 

—¿En esto influyeron las nuevas tecnologías y las posibilidades de acceso a la información?

 

—Eso tiene sus pros y sus contra. En mi generación, la búsqueda era un poquito más emocionante. Ir a la disquería, o entrar a las cuevas de discos viejos a revolver. Tener un disco en tu casa y hacerlo mierda por escucharlo tanto tiempo. Saberlo todo de memoria. Hoy la música se escucha más rápido, no se escuchan los discos enteros. Creo que así como tiene su lado productivo, tiene su lado negativo, culturalmente hablando. No veo muchos pibes leyendo libros. Y con la música pasa lo mismo, el disco es un libro. Cuando uno hace un disco o cuando arma la lista del show tiene un porqué el tema número 1, el 2, el 3, el 4, el del medio. Hay inicio, desarrollo y desenlace. Creo que la música se dejó de escuchar de esa manera. Si bien hay una sobreinformación, no se disfruta de las obras completamente. Igual es genial lo que pasa, porque uno puede escuchar lo que nunca pudo. Pero cambió la manera de escuchar la música y también de interpretarla.

 

Proyectos

 

Consultado sobre los proyectos para este año, Hugo Lobo adelantó que pretenden grabar un nuevo material y que tienen varias fechas pautadas hasta mitad de año. También destacó la posibilidad de ir a Europa y a México. “Nos metimos en un circuito de festivales internacionales que vamos a hacer este año”, apuntó.

 

Proceso

 

—Uno de los objetivos que se plantearon en algún momento como banda, fue difundir obras de músicos de la categoría de Miles Davis, Barry White y hasta The Carpenters. ¿Cómo fue el proceso para adaptar sus obras al estilo de Dancing Mood?

 

—Es bastante particular. No es fácil. No se puede hacer con todos los temas y con todos lo estilos. Hay que conocer muy bien la métrica de ambos estilos y saber cuando deja de sonar como el tema original y cuando se deforma. A veces, temas semilentos, al pasarlos al ska quedan muy rápidos o el triple de lentos. Hay gente que no tiene ese concepto, no lo sabe hacer y los temas pierden el sentido original. Yo a la hora de adaptar algún tema respeto más que nada eso, la velocidad de la melodía y que el espíritu del tema original esté. No es algo fácil, me ha pasado con muchos temas que me gustan y no pude interpretarlos.

Fuente: El Litoral

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