Debido al aumento de casos de coronavirus en la ciudad de Vera, Departamento Vera, mediante Decreto N°89/2020, se dispusieron nuevas medidas con el objetivo de controlar el contagio.

Dicho Decreto comienza su aplicación a partir de las 00 horas del miércoles 18 de noviembre y se extenderá hasta las 00 horas del jueves 26 de noviembre.

“Confiábamos en que la gente tomaría conciencia pero no fue así y se dispararon los contagios”, dijo la directora del Hospital Regional doctora Beatríz Villa.

La medida se mantendrá hasta el 28 de noviembre con las restricciones que incluyen  una franja horaria de actividades de 8 a 22; los bares y restaurantes solo atenderán por delivery hasta las 24; no se podrá permanecer en espacios públicos pero sí se podrá circular por lugares como el paseo ferroviario y el complejo polideportivo; quedan suspendidas las reuniones sociales, fiestas infantiles en salones y los deportes con la participación de más de dos personas.

“La idea es evitar la circulación de personas para que el virus no se propague y así poder controlar una situación como la que se nos ha presentado y nos preocupa”, explicó la intendenta Paula Mitre; quien también aprovechó la oportunidad para reconocer y destacar “la actitud de los propietarios de gimnasios y escuelas de danzas de cerrar sus locales por decisión propia para evitar que esos lugares funcionen como focos de contagio”.

Por su parte, la doctora Villa se mostró muy preocupada por la capacidad operativa del efector de salud, que cuenta con un excelente personal y equipo de profesionales, pero en función de la falta de complejidad –propia de un Hospital de nivel 2- su función se ve limitada y obligado a tener que realizar derivaciones que no son muy sencillas y tienen sus complicaciones.

Asimismo, la coordinadora del programa Covid 19 en Vera, la doctora Elisabet Perlman señaló: “en lo que va de noviembre se han realizado un centenar de hisopados y las consultas se han multiplicado”.

Las tres responsables coincidieron en que “la sociedad debe tomar conciencia de la real dimensión del problema y para ello se impone un cambio de actitud, que precisamente no pasa por el comportamiento observado en lugares que no aplican el protocolo o la organización de fiestas en lugares no autorizados, lo que obligó a disponer estas restricciones”.

“Cumplido este período con la nueva fase, volveremos a evaluar la conducta de la comunidad y resolveremos en consecuencia», dijo Mitre.

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