El relevamiento privado registró en la última semana de julio un aumento promedio de 2,4 %, que lleva el índice mensual a un 8,7 %.

Histórica inercia inflacionaria, incremento de la demanda global de alimentos y energía a la salida de pandemia, guerra en Ucrania, alta emisión de pesos local para paliar la crisis sanitarias, falta de controles sobre los formadores de precios y, si faltaba algo, una ola especulativa en medio de la salida de Martín Guzmán. Todo este combo es sólo una parte del combo que permitirá explicar que julio cierre con una inflación que cercana al 10 por ciento mensual. En un círculos vicioso que llevará el aumento de precios del año a su nivel más altos desde la hiperinflación previa al menemismo.

Tal como difundió El Destape, varias consultoras estiman el índice de precios al consumidor habría tenido un alza de entre el 6,8  y el 8 por ciento en el séptimo mes del año. No solo superaría holgadamente el 6,7% de marzo pasado post invasión rusa a Ucrania, sino que además sería el más alto desde el 10,4% de abril de 2002.

Sin embargo, el relevamiento que realiza “en tiempo real” el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CEO), la variación del Índice de Precios de Supermercados a este lunes 1 de agosto arroja una aumento semanal de 2,4 por ciento, con cierta desaceleración respecto a semana previas, pero mantiene un alza de 8,7 por ciento mensual.

En las últimas semana la inflación se aceleró al ritmo en que se ampliaba la brecha cambiaria en medio de una profunda descoordinación política y económica. Con una brecha ente el tipo de cambio oficial y los paralelos, los incrementos en la reposición comenzaron a realizarse en muchos casos a un promedio de ambos con el objetivo de anticiparse a un posible devaluación de la moneda. Lo cierto es que la brecha en los últimos días se fue achicando, los paralelos se derrumban pero seguramente los precios no se retraigan a los niveles previos a la corrida cambiaria.

Los aumentos de julio

De acuerdo con el relevamiento del CESO en supermercados, solo en la última semanas se registraron aumentos de 3,7 por ciento en alimentos frescos; de 2 por ciento en  alimentos secos, de 4 en electrodomésticos, de 3,4 por ciento en artículos para el hogar; de 2,3 por ciento en limpieza, entre otros.

 

 

En el mes se registraron dos tipos de consumos, o posibilidades de demanda. Por un lado, la demanda de alimentos y artículos de primera necesidad se contrajo por parte de hogares de menores recursos, donde la suba de precios pega más duro y, por el otro, un incremento en las compras de electrodomésticos como “refugio de valor” (anticiparse a una disparada). El resultado fue el mismo, un ajuste fenomenal de precios.

Si bien fueron morigerando con el cierre del mes los sacudones de los primeros días, que llegaron a ser de hasta 40 por ciento en línea blanca o 20 en alimentos, la mayoría de los precios en supermercados cierran julio con subas de dos dígitos. 

En el rubro alimentos, julio cerró con un alza para productos secos de 18,8%; seguido por frescos, 15,2 por ciento; lácteos, 9,6 por ciento; pescados y mariscos, 10,1 por ciento; fiambres, 6 por ciento; arroz y legumbres, 7,7 por ciento; dulces y mermeladas, 8,7 por ciento; pastas secas, 11,2 por ciento; alimentos para bebés, 9 por ciento; verduras y frutas, 13,1 por ciento; carnes, 5,6 por ciento y aceites, 6,3 por ciento.

En el segmento de electrodomésticos se destacan las subas de TV y Video, con un aumento en el mes de 23,8 por ciento; en audio, de 16,6 por ciento; en heladeras, 20,8 por ciento; celulares, 16,8 por ciento; climatización, 17,3 por ciento y lavado y secado, 24,5 por ciento. Por su parte, el informe revela precios para julio en referencia al concepto de perfumería e higiene personal y del hogar en accesorios de limpieza con un aumento de 10,6  por ciento; en suavizantes, de 16 por ciento; en protección femenina, de 9 por ciento; en perfumería de bebés, con 7,2 por ciento; cosméticos, 6 por ciento y en jabones, de 7,2 por ciento, entre otros.

El jueves pasado el gobierno nacional y de la provincia de Buenos Aires iniciaron un operativo que cubrió las grandes cadenas de súper e hipermercados del Área Metropolitana de Buenos Aires y municipios, donde se relevó el cumplimiento de precios, abastecimiento y señalización de los productos que integran la canasta.

Fuente: El Destape Web

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