El Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), en su carácter de red plural, nunca emitió una declaración o pronunciamiento de apoyo a una candidatura. Pero esta vez hay dos opciones, y entre ellas están en juego el bienestar, la dignidad y la supervivencia de nuestro pueblo.

Por eso nos pronunciamos. Porque Macri es la puerta abierta para que otra vez el Mercado decida. Porque a las políticas que dejaron al país sumido en la pobreza, la transculturación y la falta de posibilidades ya las están anunciando, sin siquiera disimularse.

Está en juego la posibilidad de continuar y mejorar (por supuesto no sin lucha, participación y esfuerzo) contra la certeza de volver a una época de hambre, desocupación, importaciones y exportaciones sin ninguna clase de regulación, endeudamiento esclavizante a la medida de los acreedores, xenofobia, intolerancia, recortes y ajustes de todas las políticas sociales, consideradas como “gastos” por el empresario Mauricio Macri y su equipo, según lo han dicho abiertamente y demostrado, en los hechos, con sus posiciones en el Congreso nacional.

Podremos tener distintas visiones y experiencias locales, pero sabemos que no hay radio comunitaria del país que quiera eso. Las radios comunitarias debemos nuestra propia posibilidad de “existir”, en términos jurídicos y legales, a la actual Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que ayudamos a construir, redactar e impulsar, y por cuya aplicación completa y efectiva trabajamos todos los días. En tanto que Macri y quienes lo acompañan se han dedicado sistemáticamente a boicotearla, primero tratando de impedir que se sancione y luego que se aplique, y el mismo candidato acaba de ratificar públicamente su decisión de cambiarla.

Sabemos que ningún modelo de entrega puede garantizarse sin un dispositivo mediático que legitime u oculte sus acciones, porque nadie del pueblo vota contra sus propios intereses, salvo que no lo sepa. Como comunicadores y comunicadoras populares vemos con preocupación la construcción de una nueva hegemonía mediática y cultural basada en la ausencia de debate político y de modelos económicos.  Donde brilla el paradigma de la competencia en pos del “éxito” individual, mientras se desprecian las políticas y experiencias de asistencia, empoderamiento y organización social y colectiva. Donde está ausente el debate sobre la distribución de la riqueza.  Donde todo lo público es sospechoso y lo privado es puro, la política es oscura, la belleza es blanca y “los mercados” territorios vírgenes de intervención humana capaces de auto-regularse con “mano invisible” y otra serie de recetas comprobadamente fracasadas en el país y el mundo, que ahora no sólo pretenden resurgir sino encima presentarse como novedades.

Con todas nuestras diferencias y variedad de miradas, las radios comunitarias combatimos y procuramos desenmascarar esas mentiras frente a esta coyuntura histórica, igual que lo hacemos todos los días. Como parte de estas prácticas, hemos compartido la difusión y reivindicación de banderas como la estatización de las jubilaciones recuperándolas del negociado de las AFJP, la Asignación por hijo, el matrimonio igualitario y la identidad de género autopercibida, las políticas de Memoria, verdad y Justicia, los juicios por crímenes de lesa humanidad, la recuperación de paritarias, el rechazo al ALCA, los posicionamientos internacionales de promover y fortalecer la integración de Latinoamérica, y el impulso a emprendimientos de la economía social y solidaria, entre muchas otras.  También hemos coincidido en apoyar todas las medidas que posibilitan un mayor protagonismo del Estado, desde la  promoción de las expresiones culturales nacionales, las estatizaciones de YPF, Aerolíneas y el agua hasta la administración de nuestro espacio radioeléctrico,  entre otras.

Por más que en estos años hayamos mantenido posiciones divergentes frente a problemáticas vinculadas al medio ambiente, modelo agroproductivo, violencia institucional, conflictos sociales y sindicales varios, entre otros. Por más que la misma Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que ayudamos a forjar tarde más de lo que quisiéramos en aplicarse en su totalidad. Todos los días tenemos clara la diferencia entre construir junto, al borde, o aún en disputa, con un Estado orientado hacia un modelo de inclusión y reconocimiento de derechos, que con aquel que sólo piensa en términos de mercado.

Por todo esto, desde la Mesa Nacional de FARCO elegimos manifestar públicamente nuestro apoyo a la fórmula Scioli-Zannini e instar en el mismo sentido al conjunto de la militancia, organizaciones y vecinos que cotidianamente comparten estas prácticas y valores.

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