El exjuez Carlos Rozanski dialogó con Tren Urbano.

Para el exjuez la intención del almuerzo entre el presidente Macri y los jueces de la Corte, Carlos Rosenkrantz y Elena Highton de Nolasco, fue mostrar el almuerzo: dos miembros de la Corte Suprema de Justicia que están en sintonía con el gobierno.

Si bien una parte de la población puede encontrar ese encuentro como inconveniente o contraproducente, el gobierno “tiene un nivel de manipulación tan estudiado que les permite hacer las peores cosas con una sonrisa y luego explicarlas con una sonrisa y no decir nada también con una sonrisa.”

Rozanski recordó que Carlos Menem nombró como juez de la Corte a quien había sido su socio en el estudio jurídico, Julio Nazareno. Y como ahora, en esa época también había un plan económico con un designio de transferencia de recursos.

El exjuez sostuvo que algunos casos de la Corte ya han mostrado decisiones ideológicas, como el fallo del 2×1. Y afirmó que “los tres miembros de la Corte que votaron el 2×1 sabían que era ilegal”.

Por otro lado, equiparó la prisión de Lula en Brasil con “las treinta prisiones políticas que hay en la Argentina en este momento, en una causa absurda, fabricada e ilegal como la de los cuadernos”.  Y aseguró que un sector del poder judicialforma parte de este modelo, no es que son cómplices, forman parte del modelo económico en marcha que requiere entre otras cosas un poder judicial cooptado por el poder ejecutivo y medios hegemónicos que repitan y repitan para que la gente se convenza.

Rozanski recordó que hasta el 2016 no había tenido presiones en sus 25 años como juez de cámara. Y que esta incidencia en el poder judicial no se vio nunca salvo en dictadura, “porque también en dictadura había una parte del poder judicial que comulgaba como mucha gente hoy, con la dictadura en aquel momento, y con el modelo económico hoy”.

Escucha la entrevista con Carlos Rozanski:

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