Las consecuencias del terremoto —que ya es considerado el sismo más poderoso en suelo turco en más de 80 años— han sido devastadoras: hasta después de la 1 p.m. de este martes (tiempo del este), la cifra de muertos por el desastre en Turquía y Siria ascendía a más de 7.700, el número de personas heridas era de más de 35.000 y los edificios colapsados eran miles en ambos países.

Después de que un trágico terremoto de magnitud 7,8 azotó el sur de Turquía y el norte de Siria, la situación social y humanitaria es caótica. En algunas provincias se demoraron las tareas de inicio de rescate, mientras que las comunicaciones y las rutas están cortadas y el miedo a una réplica se expande por todo el territorio.

En este contexto, Celeste Panelo, que nació en Rafael Castillo y hace 10 años vive en Turquía, nos contó por FM Chalet cómo las familias están sufriendo la dolorosa situación.

“Mi marido es de Hatay, la ciudad que está más complicada en cuanto a destrozos. Nosotros estamos viviendo en Esmirna, si bien acá no se sintió nada porque estamos lejos de la zona afectada, hace dos años nos pasó algo similar pero con la diferencia de que se derrumbaron sólo once departamentos, ahora son más de 6 mil departamentos, casas derrumbadas. Aún así estamos en alerta que nos dió el gobierno, dijeron que puede que se venga para estos lados, estamos con miedo.”

“Tenemos 15 familiares fallecidos, y amigos, vecinos que también fallecieron. Hay chicos que están en el hospital, les cortaron las dos piernitas; mi cuñada está durmiendo afuera en una carpa con sus hijos, no tiene agua ni comida, cortaron la carretera y tienen prohibido el ingreso y la salida hacia Hatay, no podemos hacer nada la verdad.”

¿Cómo están tomando la situación los ciudadanos?

“Con el tema de la ayuda, están todos muy enojados, con una impotencia porque vienen a brindar ayuda desde Grecia y distintos países, pero no dan permiso para que puedan ingresar a ayudar. Hay máquinas excavadoras disponibles para el que sepa manejarlas y pueda ayudar, pero simplemente no dan permiso.”

Respecto a rescatistas y ayuda huminataria, Celeste relató que si bien hay gente que está colaborando en rescatar víctimas atrapadas en los escombros, no es suficiente para la cantidad de personas, añadió que en 3 días sólo pudieron rescatar un 20% de los afectados. “La gente grita desde adentro y afuera para que puedan ayudarlos pero no llega el personal, y la gente que se acerca a ayudar no se les da el permiso”.

“El problema es el gobierno, habla mucho pero no deja que la gente ayude, es un desastre. Viene gente de otros países a ofrecer ayuda pero no los dejan entrar, tendrían que estar agradecidos, es una impotencia lo que estamos pasando.”

 

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