La construcción del nuevo escenario es un paso significativo para el Teatro de la Abadía, ubicado en Estanislao Zeballos 3074. Realizado totalmente en madera, ofrece una superficie de 45 m2 que garantiza comodidad para los elencos que lo utilicen. Además, se realizaron mejoras en el sistema lumínico, la parrilla de luces, bambalinas y telones. Y se modificó la disposición del público, instalando las antiguas butacas para llevar la capacidad de la sala a 160 espectadores sentados.
A 5 años de su fallecimiento, la Abadía inaugurará su nuevo escenario este domingo y le impondrá el nombre del artista clown que, durante muchos años, fue docente de la institución. El recuerdo de su huella en la escena local.
Aquellos espectadores que se acerquen este domingo 21 de abril a la tardecita al Teatro de la Abadía, en el norte de la ciudad, vivirán juntos una velada que estará teñida de emociones y recuerdos. Es que ese día, a las 19, en ese espacio cultural quedará inaugurado el nuevo escenario que llevará el nombre de Fernando “Trompa” González, en forma de homenaje al artista fallecido hace 5 años, quien dejó una huella imborrable en la institución por su labor docente.
El “Trompa” es recordado en la región por su trayectoria en el mundo del teatro, pero sobre todo por su calidad humana. Tanto en las tablas del Teatro de la Abadía como en los espacios callejeros en los cuales ejerció la profesión que adoraba, su presencia siempre irradiaba respeto y amor hacia su público, especialmente hacia los más pequeños.
El evento del domingo contará con la participación de alumnos de González como Cristian Papilli y Mariana Milessi, quienes ofrecerán una rutina de clown para recordarlo. Además, el músico Enzo Valls compartirá la canción “Cielo de utilería”, una dedicada al hombre que se ganó el grado de “capitán de los payasos”. El Grupo La Tramoya, del cual González fue integrante, también se presentará, brindando un tributo especial a su colega y amigo.
Impulsor de utopías
El homenaje está plenamente justificado. El “Trompa” González fue, tal como indicó el Centro Cultural Provincial el día que lo recordó en el Festiclown, un “maestro sin igual, generador de risas y encuentros, creador de utopías y mundos posibles”. Esas utopías las construyó desde los escenarios, pero también desde las calles y las plazas, que transitó con sus obras y grupos.
Héctor Alvarellos, referente del teatro callejero, dijo una vez que desde su punto de vista en esta vertiente la disciplina está en su más pura expresión. “En ese sentido es absolutamente amplio y de total libertad”, afirmó. Siguiendo ese razonamiento, el “Trompa” fue una especie de paladín de esa libertad. Pero sin espadas, solo con su cuerpo entrenado y su nariz roja.
González participó a lo largo de su breve pero intensa vida en distintas agrupaciones teatrales, entre ellas La Tramoya y realizó talleres teatrales en los barrios. También fue el alma del Festiclown en varias de sus ediciones, donde utilizó la nariz de payaso como bandera.
Uno de sus últimos trabajos fue el rol protagónico de “El Principibito”, una adaptación para el teatro callejero de la novela de Antoine de Saint-Exupéry, que se presentó en el Paseo de las Tres Culturas, en el sur de la ciudad de Santa Fe. Donde, tal vez, su espíritu sigue rondando cada vez que algún artista callejero logra hacer reír a un niño.
Comenta sobre esta publicación